En enero de 2017 los cuerpos de dos mujeres se encontraron en el porche de una casa en New Hampshire con las marcas de varias puñaladas. El hombre acusado por el delito se declaró inocente. El juicio tendrá lugar durante mayo de 2019.
Hasta aquí otro hecho desafortunado, un delito como tantos otros que ocurren en cualquier lugar del mundo. Sin embargo, este evento se distingue por tener un testigo clave especial, un dispositivo tecnológico de comando por voz, el Amazon Echo.
El juez a cargo del caso ha declarado que los investigadores pueden examinar los registros del Echo y le ha pedido a Amazon que los suministre. También se ha interesado en las conexiones de datos que se habían establecido entre los diferentes dispositivos de la casa al momento del ataque.
Este material podría ser clave para descifrar lo ocurrido el día del crimen. Los fiscales creen que las acciones criminales pueden haber sido capturadas por el Echo.
Amazon ha señalado que no suministrará los datos a menos que reciba una orden judicial que establezca la demanda. La compañía insiste en que debe tratar los archivos como información privada de los clientes.
Lo más interesante es que esta no es la primera vez que el ingenio de Amazon es requerido como testigo de un delito. En 2017 la compañía accedió a suministrar los datos capturados por el Echo a los investigadores de un crimen ocurrido en la ciudad de Arkansas. Sin embargo en esa ocasión fue el propietario del dispositivo el que accedió a compartir los registros.