A partir de ahora, en Estados Unidos al menos, no se le permitirá más a los usuarios de productos de Microsoft asociarse para presentar una demanda colectiva en contra de la empresa, ante la reiterada falla de un mismo producto. Ahora sólo queda el reclamo judicial o directamente a la empresa, ambos en forma individual.
Tim Fielden, abogado de Redmond, lo explica claramente: “si un cliente en Estados Unidos tiene algún inconveniente con un producto o servicio de Microsoft, en nuestro nuevo acuerdo se especifica que en caso de no poder resolverlo de manera informal, siempre se podrá llevar el asunto a una corte, pero no como parte de una demanda colectiva“.
Esta modificación en los términos de uso de los productos de Redmond se aplica hace ya un tiempo a Xbox Live, y se escuda en darle facilidad a los usuarios para que los problemas se resuelvan más rápidamente, evitando, eso si, el litigio legal colectivo. Claro, los arreglos particulares costarán sólo un par de dólares a la compañía, mientras que una causa judicial, especialmente una colectiva, podría involucrar desembolsos millonarios.
Según Fielden, este cambio en las políticas de productos “le da a Microsoft el incentivo para resolver cualquier conflicto de satisfacción del cliente”, antes de llegar a un conflicto legal. El problema es que, aún a sabiendas de que es normal que en Estados Unidos las demandas colectivas son muchas veces tomadas por abogados interesados solamente en “arreglar” con las empresas, esta medida sigue siendo profundamente contraria a los derechos del consumidor. Y lo peor es que esta acción por parte de Microsoft, como sabemos, puede servir como antecedente para otras empresas.
Vía: FayerWayer, LA Times