“Nuestra visión de Grooveshark nunca incluyó cobrar una cuota para acceso básico, pero el aumento de costos nos puede obligar a cerrar el servicio en tu país, como lo hemos cerrado en Alemania.
Necesitamos tu apoyo. Para permanecer abiertos, pedimos a los usuarios que abonen 4 dólares al mes para acceder a Grooveshark.
Con tu ayuda podremos continuar operando en tu país, ofreciendo millones de canciones, listas de reproducción, favoritos, artistas destacados y todas las demás cosas que te gustan de nuestro servicio.
Gracias por apoyarnos y entenderlo.
Grooveshark”
En un par de escuetas frases la empresa hacía su descargo (de igual forma que conocíamos un mes atrás), y los destinatarios son aquellos usuarios registrados del servicio, quienes se encontraron esta ventana en los lugares donde comienza a ser pago el servicio.
Sin poder capitalizar el caudal de usuarios que fijaron sus ojos en el servicio luego de la aplicación de restricciones en Spotify, y seguramente acosados por una seguidilla de litigios que llevó a la empresa a, por ejemplo, retirarse de Alemania, Grooveshark se rinde y comenzará a cobrar su servicio.
El del país europeo es un caso prototípico de la decisión que tuvo que tomar la empresa: las compensaciones económicas que solicitaban las discográficas y demás entidades del negocio de la música eran muy altas. En el caso de Alemania, Grooveshark debió decidir si continuar el servicio o cortarlo de acuerdo a los costos de operación. Concluyeron que cerrar era lo mejor.
Aún no se conoce el alcance de esta medida, pero se sabe que Finlandia, Irlanda y Rusia son algunos de los países que se confirmarían como “de pago”. Resta saber si será una medida global y qué sucederá con los usuarios que ya abonaban una tarifa.