Según la organización Freedom House de las últimas 30 elecciones nacionales a nivel global, 26 han sido el objetivo de campañas online de interferencia, involucrando en ocasiones grupos de interés locales y en otras gobiernos de otros países.
Entre las técnicas empleadas se encuentran la difusión propagandística de ciertas noticias, la creación de noticias falsas, el mantenimiento de comentadores, el uso de bots y la captura de cuentas en redes sociales.
Mike Abramowitz, presidente de la asociación, señala que muchos gobiernos han descubierto que en las redes sociales la propaganda es una herramientas mucho más efectiva que la censura.
“Los autoritarismos y los populismos en todo el planeta están explotando la naturaleza humana y los algoritmos de las computadoras para conquistar las urnas, sin poner atención a las reglas que se han establecido para asegurar que las elecciones sean libres y justas”.
Ejemplos
Uno de los ejemplos más conocidos es la intervención de Cambridge Analytica en Facebook durante las elecciones de 2016 en Estados Unidos.
Sin embargo han existido una gran cantidad de campañas a gran escala desde entonces. Una de las más significativas fue la producida en 2018 por parte de grupos de la inteligencia militar rusa durante las elecciones de mediotérmino estadounidenses.
Durante mediados de 2019 una campaña de desinformación, también de origen ruso, intentó influir en las elecciones del parlamento europeo.
Aunque Rusia es sin dudas el estado más conocido por este tipo de maniobras, los gobiernos de Irán, China y Arabia Saudita, entre otros, también tienen planes de intervención a nivel internacional.
Más allá de las elecciones
Los grupos políticos en 38 de 65 países examinados han utilizado equipos encargados de moldear las opiniones online y acosar a los oponentes. En ocasiones se utilizaron opciones técnicas para restringir el acceso a la información y legales para castigar a la oposición.
