La predicción, hecha por científicos de la Universidad de Victoria en Nueva Zelanda, demuestra los beneficios de los “prostibots”, que estarían hechos (presumiblemente, tanto androides como ginoides) de un material resistente a las bacterias y que además podrían ser “lavables de fluidos humanos”.
En el paper lanzado por la universidad con asiento en Wellington, los profesores Ian Yeoman y Michelle Mars se enfocaron en cómo sería la zona roja de Ámsterdam para el año 2050. En este sentido, los profesionales indican que el uso de autómatas (hermosos, según ellos) para el negocio del sexo detendría el tráfico (esto es, trata de blancas) desde países de Europa del este o cualquier otro lugar del mundo.
El informe imagina un hipotético club en la capital holandesa llamado Yub-Yum, en el cual los turistas pagarían un servicio completo que incluiría masajes y bailes eróticos por parte de “dioses y diosas sexuales de diferentes etnias, cuerpos, edades, idiomas y habilidades sexuales“.
Es inevitable asemejar esta situación a aquella que adelantara de alguna forma la película ideada por Stanley Kubrik en los 70, y llevada hace algunos años a la pantalla por Steven Spielberg, donde el personaje interpretado por el británico Jude Law era un sintético diseñado específicamente para el sexo. Incluso el informe también sugiere que los clientes entablarían cierta conexión sentimental con los robots.
Pero el interés particular que persigue el informe se revela ante las profesiones que revisten sus dos impulsores: Mars es sexóloga, mientras que Yeoman es un profesor en administración muy interesado en el turismo. En el caso de Ámsterdam, el perfil turístico de esa ciudad se basa en drogas y sexo, con lo cual la inclusión de prostibots permitiría continuar alentando el perfil de la ciudad, pero con el beneficio de no participar de tráfico ilegal de personas y garantizando la sanidad de los clientes. Es por ello que, al menos en el paper, sería el mismo municipio el que determinaría las “tasas” que cobrarían los androides a sus clientes.