Miles de personas han salido a las calles a protestar en contra de los planes del gobierno ruso de crear una versión local y restringida de Internet. Las manifestaciones tuvieron su centro en Moscú pero también se vieron expresiones similares en otras ciudades. El plan del gobierno ruso es tener la capacidad de aislar al país del resto del mundo en caso de producirse algún tipo de ciberataque o amenaza que comprometa la seguridad nacional.
La ley de soberanía es presentada como una manera de reducir la dependencia que tiene el país con los servidores estadounidenses. Durante los últimos años el gobierno Ruso ha ejercido presión sobre muchas compañías de Internet, como Facebook o Twitter, para que los datos de las cuentas de los usuarios rusos se guarden en servidores localizados en dicho país. Para forzar este objetivo ha ido introduciendo penalidades cada vez más severas para las empresas que incumplan el requisito.
Los manifestantes han señalado que el nuevo proyecto es una maniobra de las autoridades para controlar aún más a los disidentes. Un temor justificado cuando se considera que los casos en los que un internauta termina en prisión por algo que publicó en una red social son comunes en Rusia.
Otras leyes relacionadas con Internet le dan mayor fuerza a este punto de vista. Recientemente el parlamento aprobó una propuesta que prohíbe la falta de respeto a las autoridades y la difusión de noticias falsas. No hace falta aclarar que las famosas fake news existen pero a menudo se usa el término para descalificar todo lo que los políticos encuentran inconveniente.
Rusia también ha intentado bloquear el acceso a Telegram, una herramienta de comunicación que a menudo utilizan los periodistas y disidentes políticos. La autoridades de dicho país han calificado al servicio como la opción elegida por las organizaciones terroristas internacionales en Rusia.