Los proveedores de internet en Rusia deben bloquear una serie de sitios prohibidos incluidos en una lista negra. Los únicos mecanismos para acceder a estos espacios en la red son las redes virtuales privadas. En 2017 el gobierno ruso prohibió a los servicios de VPN facilitar el acceso a los sitios con contenidos ilegales. Esto provocó que muchas empresas que se dedicaban a proveer este tipo de servicio abandonaran el país.
Sin embargo la posibilidad técnica para el acceso seguía existiendo, y solo se oponía a ella la amenaza de las consecuencias que podían enfrentar los involucrados si eran descubiertos. Si el gobierno descubre que un VPN ofrece el acceso a un sitio bloqueado este servicio pasa a formar parte de la lista negra.
Ahora las autoridades quieren asegurarse de que las compañías cumplan con estas demandas. Para eso le han ordenado a los mayores proveedores del país que actúen en coordinación con la base de datos que funciona como lista negra del gobierno. De esta manera los bloqueos se realizarían de forma automática.
Los proveedores deberían trabajar con la interfaz de la base de datos provista por el ente regulador conocido como Roskomnadzor. Además las empresas deben suministrar detalles sobre sus operaciones. Pero esto podría ser imposible para muchos de los servicios de VPN dado que no guardan ese tipo de información.
Las compañías tienen un plazo de un mes para implementar los cambios exigidos. De no realizarse las modificaciones se las añadirá a la lista negra. TorGuard, una de las firmas afectadas, ha señalado que no está dispuesta a operar bajo esas condiciones. Por tal motivo ha decidido eliminar todos sus servidores en Rusia y dejar de trabajar en la región.
Hasta el momento parece que estas son las dos únicas opciones que los VPN tienen en Rusia. Trabajar con el gobierno o retirarse.