La empresa de la manzana cambió su provisión de baterías para iPad y MacBooks, que hasta ahora estaba a cargo de su competidor Samsung, por las empresas chinas Amperex Technology Limited y Tianjin Lishen Battery.
La subsidiaria de la empresa surcoreana que se encargaba de hacer las baterías para los productos de Apple (Samsung SDI), dejó de hacer envíos a Cupertino en los últimos días. Asimismo, en la última conferencia realizada por Tim Cook por los resultados financieros de Apple en el último trimestre, el CEO aclaró que los componentes de Samsung seguirán siendo parte fundamental de los productos de su empresa en el futuro.
A pesar de las palabras “tranquilizadoras” de Cook, en los últimos meses se ha podido presenciar un marcado deterioro de la relación entre ambas empresas: Samsung subió los precios de sus procesadores, y anunció además que reduciría el suministro de pantallas para productos de Apple en 2013.
En respuesta, Apple restringió buena parte de sus diseños de procesadores Serie A de las manos de Samsung, dejándolo como simplemente un fabricante. En este sentido, parece que Apple estaría en tratativas para comenzar a fabricar sus propios procesadores en un futuro, pero hasta que ese momento llegue, estaría además charlando con Taiwan SemiConductor Manufacturing Company (TSMC) para que fabrique sus próximos chips.
Cierto es que ambas compañías se encuentran en constantes litigios jurídicos por el dominio del mercado smartphone/talbet, pero eso no quiere decir que de un plumazo se pueda modificar la relación entre ambas. Samsung, por caso, corre con ventajas: es la única que puede responder en volumen a los pedidos de Apple, que, a su vez, siendo la empresa más grande del mundo en valor bursátil, provee de serios beneficios a Samsung, por lo lucrativo del contrato que las vincula. En definitiva, cambiar su relación de un día para otro no será ni fácil ni beneficioso para ninguna de las dos firmas.
Vía: TechCrunch