El canal Argentino Telefe, propiedad del grupo Telefónica de España, sería el primero en presentar una denuncia formal contra el sitio Cuevana por haber reproducido contenido suyo y haber retransmitido su señal abierta, lo que para la empresa significa una violación a la propiedad intelectual, protegida en Argentina por la ley 11.723, de 1933.
De esta manera, uno de los sitios más populares de películas online, con más de 12 millones de usuarios -aunque sin permisos oficiales para reproducir estos contenidos-, recibiría su primera denuncia formal, lo que podría además alentar a otras productoras a sumarse a la misma.
La denuncia no sería la primera acción por parte de Telefe, ya que previo a ésta enviaron a sus abogados a una serie de reuniones con los representantes de Cuevana, sin llegar a un acuerdo de partes. Es entonces que a partir de hoy, 18 de noviembre, empezarían el camino legal que podría derivar en un juicio.
Por parte de Cuevana, propiedad de Tomás Escobar, se argumentó que el sitio funciona como un simple indexador de contenidos alojados en otros servidores, como lo haría Google (estrategia similar a la usada por Taringa! en su defensa ante las denuncias de editoriales por publicar contenidos sin permiso). Y según afirmaron, “el contenido de Telefe indexado es muy escaso y poco visto. Y en cuanto a la señal abierta subida en vivo al portal, algo que ya no funciona, en realidad era un frame de Justin.TV”.
De todas formas, cabe aclarar que Cuevana, además de ofrecer el link a las películas, cuenta con plugins para que los navegadores puedan reproducir la misma desde su propio espacio, por lo que, más allá del origen, el consumo del contenido se hace dentro del propio Cuevana.
Esta denuncia vendría justo en una instancia en la que Cuevana estaría buscando diferentes acuerdos con productoras y distribuidoras, de manera de legalizar su situación, además de preparar un relanzamiento del sitio con contenidos HD.
Todo esto haría pensar que los días de Cuevana como sitio ilegal y gratuito estarían prontos a ver su fin.
Fuente: La Nacion