En 2020 Microsoft se comprometió a llegar a 2030 con una huella de carbono neutral. La idea era que para 2025 todas las fuentes de energía que utilizara fueran renovables y que para 2050, a través de una huella negativa, hubiera compensado todas las emisiones relacionadas con su actividad en toda su historia.
Un noble objetivo merece elogio. Sin embargo, 4 años después la compañía ha tenido que aclarar que alcanzar las metas que se propuso ahora es mucho más difícil. Brad Smith, presidente de Microsoft, ha señalado en una reciente entrevista a Bloomberg:
“En 2020 presentamos lo que llamamos nuestro tiro a la luna sobre las emisiones. Eso ocurrió antes de la explosión de la inteligencia artificial. Así que ahora nuestro tiro a la luna supone una distancia 5 veces más grande de lo que era en 2020, hay que considerar los vaticinios de expansión de uso de las IA y sus necesidades de energía”.
Negocios primero
Lo señalado por el ejecutivo ilustra un problema importante de algunos de los últimos grandes fenómenos tecnológicos: son muy costosos a nivel energético. Sucede con las criptomonedas y con las IA. Resulta difícil imaginar a Microsoft, y a cualquier otra empresa, diciéndole a sus inversores que van a tomarse con calma lo de la inteligencia artificial para ser responsables a nivel ecológico.
Microsoft ha invertido casi USD 50 mil millones desde julio de 2023 en el desarrollo de las IA. Cabe recordar que es una de las socias más importantes de OpenAI.
Compensaciones
Smith plantea que la solución al problema es acelerar el trabajo necesario para que las IA tengan un menor impacto ambiental. Sin embargo, varios empleados de la compañía han señalado que existe una contradicción entre los objetivos ambientales que se han propuesto y el uso de los modelos de inteligencia artificial desarrollados por Microsoft para mejorar la extracción de petróleo.
En gran medida Microsoft sigue cubriendo sus necesidades con fuentes renovables de energía. Pero cuando una empresa aumenta su consumo de una fuente, hay menos para otras empresas, y estas deben tomar su energía de otro lado.
