La Royal Mail ha señalado su intención de incorporar unos 500 drones al servicio de repartición de correo para comunidades remotas. Durante los próximos 3 años se incoporarían las primeras 200 unidades. De esta manera se abrirían unas 50 nuevas rutas de distribución. La mayoría de los vuelos proyectados cubren islas pequeñas y lejanas.
El servicio de correo británico ha estado probando este tipo de artefactos desde hace ya un buen tiempo. El más reciente experimento se realizó en las islas Shetland. Algunos de los drones utilizados han realizado vuelos de 65km.
Pequeños aviones
Los drones no están pensados para reemplazar a los repartidores humanos. Llevan los envíos hasta puestos de distribución para que los empleados se ocupen de lo que queda del recorrido.
Son máquinas de gran tamaño, con unos 10 metros de ancho. Pueden cargar unos 100 kilos y una autonomía de 1000 kilómetros. Todo esto gracias a dos poderosos motores de combustión. A pesar de su tamaño los dispositivos pueden descender en áreas relativamente pequeñas, siempre que el terreno sea lo suficientemente plano. Son capaces de volar de forma autónoma, aunque por razones de seguridad siempre son supervisados de forma remota por pilotos que pueden tomar el control en caso de emergencia.
A través de la niebla
Una de las ventajas de los drones es que es menos probable que se vean afectados por el mal clima. El piloto no necesita ver a donde se dirige, lo que implica que el ingenio puede volar aún a través de la niebla. Y la niebla en las islas británicas no es algo fuera de lo común. Los drones tomarán el lugar que actualmente ocupan los ferris, que siguen siendo esenciales para el transporte de las personas y otras mercancías.