Según habíamos contado en RedUSERS, una particular campaña gubernamental en Rusia alertó acerca del peligro que suponen las selfies. Aquella iniciativa (con un insólito PDF incluido) apareció como respuesta a una serie de accidentes ocurridos mientras usuarios de smartphones se preparaban para capturar una autofoto. “Una selfie cool puede costarte la vida”, señalaron.
Prestar mayor atención a un buen encuadre que al entorno y los eventuales riesgos es, según anotan, un hábito que genera y seguirá provocando accidentes. Mientras tanto, la industria móvil se acopla en forma creciente a esta tendencia. De hecho, son cada vez más los teléfonos que llegan con cámaras frontales potentes, en su mayoría por encima de los 5MP y llegando a casos tan interesantes (y curiosos) como el de este modelo de la firma Oppo. Todo para complacer a los amantes del hábito narcisista.
Ahora, un reporte del sitio Condé Nast Traveler del cual se hacen eco publicaciones como New York Post y Phone Arena, afirma que las selfies provocan más muertes que los tan temidos ataques de tiburones. Según se indica, en lo que va de 2015 se registraron doce casos de muertes acontecidas mientras se intentaba capturar una de estas fotografías, mientras que en este mismo año se contabilizan ocho muertes por ataques de tiburones.
Siguiendo a la mencionada fuente, la última víctima de las autofotos tuvo lugar en las escaleras del Taj Mahal, en la India, cuando un hombre japonés de 66 años intentaba tomar una selfie. En 2014 un joven español falleció electrocutado al intentar capturar una de estas fotografías en el techo de un tren.