En una reciente publicación Altman apunta que la actual generación se beneficiará enormemente de las IA y logrará cosas que eran impensadas para sus padres, así como la próxima generación también conseguirá cosas que la actual ve como imposibles. Nada de esto es en sí es una novedad, pero el empresario cree que el impulso será mucho mayor al que habíamos tenido hasta ahora.
Altman es, si acaso alguien todavía no lo ha notado, un tecno-optimista. También tiene una empresa dedicada al desarrollo de inteligencia artificial y tiene que vender el producto.
La IA en todas partes
Según el empresario en el futuro todos tendremos un equipo personal de inteligencia artificial. Expertos virtuales en diversas áreas que nos ayudarán a crear todo lo que imaginemos. Los niños tendrán tutores virtuales que ofrecerán enseñanza personalizada en cualquier materia, lenguaje y al ritmo que sea necesario. Algo similar ocurrirá en el área de la salud y cualquiera podrá crear el software que desee.
Como consecuencia la humanidad gozará de una prosperidad inimaginable y las vidas de las personas serán mucho mejores que en el presente. Y el punto clave en todo este desarrollo será la llegada de la super inteligencia artificial. Que Altman asegura podría estar a solo unos miles de días de distancia. Aunque admite que podría tomar algo más de tiempo.
Altman y los recursos
Ahora llegamos al punto clave del texto. Altman explica que la clave para todo lo que hemos conseguido hasta ahora es que el sistema de aprendizaje profundo funcionó. Que mejoró al escalarlo y que se le han dedicado cada vez más recursos.
Cuanto más datos se le da al algoritmo mayores las mejoras a la hora de ayudar a las personas.
El empresario advierte que sería un error distraerse por cualquier desafío particular. Admite que no todo será positivo, pero que ya se descubrirá como resolver los problemas.
Señala que si no se construye suficiente infraestructura las IA serán un recurso muy limitado y una herramienta para las personas ricas.
La humanidad, apunta Altman, conseguirá grandes triunfos, tales como corregir el clima, establecer colonias espaciales y vivir con inteligencia ilimitada y energía abundante.
Optimismo y fantasía
Ser optimista sobre el futuro de la humanidad no es malo. Sin embargo, hay un punto en que pasamos de las proyecciones a la ciencia ficción y otro en el que pasamos de la ciencia ficción a la fantasía. La inteligencia artificial es sin dudas un avance importante, pero en comparación a otros ocurridos en la historia, al menos por el momento, parece menos impactante.
Ya hemos estado aquí antes, con avances revolucionarios que prometían llevarnos a nuevas eras de abundancia. La prosperidad y la solución a todos nuestros problemas fue anticipada miles de veces, casi tanto o más que el fin del mundo.
Pero no existe una tecnología mágica que resuelva todos nuestros problemas. Las técnicas agrícolas, la forja, las máquinas, las computadoras, mejoraron nuestras vidas. Pero fueron solo una mejora, nunca terminaron con nuestro trabajo y responsabilidad.
Una carta ingeniosa
La publicación de Altman es una respuesta a los cuestionamientos que está sufriendo el desarrollo de los modelos. Entre ellos aparecen:
El señalamiento de que las IA parecen mejorar solo en base a un aumento en la capacidad de cómputo, sin que haya ningún avance significativo en sus técnicas. Muchas de ellas datan de los años 50-70.
El enorme consumo de recursos que implican, tanto a electricidad como agua.
Los enormes costos de infraestructura que conllevan los modelos.
El trauma que su adopción está produciendo en los mercados laborales.
El hecho de que todavía no se observa un beneficio real para el conjunto de la población. Como hemos señalado muchas veces, las IA aportan mucho en varios ámbitos, pero las empresas insisten en venderlas como un objeto necesario para todos y en todo ámbito.
El impacto ambiental de las IA. Que según Altman no será un problema en el futuro cuando arreglemos el clima… de algún modo.
Resumen
Así pues, el empresario pinta un mundo extraordinariamente maravilloso. Que solo puede ser saboteado por aquellas personas que se quejen ahora de algunos de los problemas, todos insignificantes, que el desarrollo de las IA traen consigo.
Es posible que la humanidad consiga algunos de los logros señalados por Altman, también es posible que las IA estén involucradas en ellos. Pero nada de eso nos quita la obligación de actuar con responsabilidad en el presente. “La IA lo solucionará” no puede ser la respuesta. Todavía tenemos que fijarnos en el cambio climático, todavía tenemos que pensar que queremos para el futuro.
Porque también está ese pequeño detalle, saber qué queremos. Hay ámbitos, como el arte, donde las IA pueden en teoría reemplazar a las personas. Pero eso no quiere decir que las personas quieran ser reemplazadas. ¡Que los robots laven los platos y nos dejen pintar!
¿Deberíamos rechazar a las IA? No. Pero hay que tener cuidado con las fantasías de quienes tienen algo para vender.
