Las intenciones de Amazon de tener en exclusiva varias extensiones de dominio han despertado ya varias objeciones y quizás algunas batallas legales. La conocidísima empresa de ventas y envíos quiere que se le otorgue el control sobre el .book, .read y .author. Amazon ya ha hecho su pedido para que se le otorguen una gran cantidad de extensiones, algunas de ellas están relacionadas con productos de su elaboración. Como es el caso de .kindle y .fire, y de un modo más general .Amazon. El conflicto es mucho mayor cuando llegamos a los términos más genéricos. Dado que de obtener una respuesta favorable la empresa tendría una ventaja respecto a su competencia.
La iniciativa ya ha encontrado respuesta en otros grupos editoriales, competidores y otras instituciones. El Sindicato de Autores de Nueva York objeto la medida en nombre de los 8 mil escritores que agrupa. El presidente de esa organización, Scott Turow, señaló que dejar en manos privadas dominios tan generales va contra la competencia y supone un potencial de abuso ilimitado. La compañía Barnes & Noble le escribió al ICANN pidiéndole que le negara a Amazon lo pedido. Además, recordó que uno de los objetivos de ese organismo cuando decidió ampliar la oferta de extensiones era mejorar la competitividad y las opciones para los consumidores. El ICANN es la institución encargada de asignar los nombres y números en la Internet. Desde 2011 ha estado incrementando las extensiones. Si la petición de Amazon tiene éxito ninguna otra persona o empresa podrá emplear las extensiones .book, .read y .author. De esa manera acapararía el beneficio que estos términos pueden añadir a la Internet. La aplicación presentada por Amazon señala especificamente que la extensión .book será una dominio empleado para conseguir los objetivos de negocios de Amazon. No habrá re ventas y la empresa controlara estrictamente el uso de la extensión.
Además de las entidades relacionadas con la industria del libro existen focos de conflicto con otros usos para esa palabra. La extensión podría emplearse también por parte de empresas que hacen un uso no literal, pero derivado de ciertas profesiones, como puede ser el caso de libros de finanzas o arreglos de viajes. La noticia sirve para revelar la tensión que se produce a raíz de la competencia. Amazon ha aplicado por 76 extensiones (incluyendo .free, .game y .shop). Sin embargo, no es la única compañía que se ha apurado en tratar de acaparar extensiones, Google ha hecho su propia demanda por 101, de las que un total de 23 coinciden con las de Amazon.
Es difícil saber cuanto esperan conseguir estas compañías, que no son las únicas. Muchos de sus pedidos pueden ser una forma de ejercer presión para que se les otorguen las extensiones más pertinentes y de mayor interés. Por ejemplo, .Amazon para Amazon. También pueden tener como objetivo bloquear la oportunidad de que los consiga la competencia al demostrar que el interés no es solo de una de ellas.
Fuentes: Computerworld, CNetNews
