Dos gigantes han recibido, cada uno, un buen golpe en tierras europeas. Para Apple el impacto es de unos EUR 13 mil millones, para Google es de EUR 2400 millones. Más allá de los números, el problema es que ambas compañías tendrán que ajustar su comportamiento en el viejo continente. La responsable ha sido en ambos casos la Corte de Justicia de Europa. Lo que implica que no queda ninguna instancia a la que apelar.
El caso Apple
Para la compañía de la manzanita todo comenzó en 2016, cuando la Comisión Europea dictaminó que Irlanda le había otorgado a la empresa ayuda estatal ilegal. Durante más de dos décadas Apple ha tenido que pagarle a Irlanda impuestos extremadamente bajos, en ocasiones de 0,005%. A lo largo del tiempo los beneficios fiscales acumularon los miles de millones ya señalados.
Es importante notar que Irlanda ha ofrecido muchas ventajas importantes a empresas tecnológicas para que se radiquen en el país. Desde allí operan para Europa. El problema es que Irlanda es parte de la Comunidad Europea y debe atenerse a sus reglas.
Apple alegó en 2020 que no se había demostrado que se haya beneficiado de una ventaja injusta. Apuntó que había pagado más de USD 20 mil millones en impuestos en Estados Unidos por las mismas ganancias que la Comisión afirmaba debían gravarse en Irlanda. Al parecer a los europeos no les interesan los impuestos pagados en otro continente.
El caso Google
La Corte rechazó la apelación de Google sobre una multa que había sido impuesta por la Comisión en 2017. En ese momento se había señalado que la compañía utilizaba su posición dominante en el mercado de los buscadores para favorecer sus propios servicios de comparación de precios y ventas.
Google apunta haber hecho todo los cambios necesarios para sus avisos de compras en Europa en 2017. De esta manera, asegura, cumplió con las exigencias de la comisión.