Para toparnos con los orígenes del nuevo campus que aparece en la hoja de ruta diagramada por Apple es preciso remontar la mirada a mediados del año 2011. Por entonces, el fundador de la compañía, Steve Jobs, había hecho pública la intención de erigir una nueva sede en medio de un paisaje boscoso. Su forma cilíndrica llevó a que el bosquejado edificio sea comparado con una nave espacial. “Los estudiantes de arquitectura del mundo vendrán a ver esta obra”, había exclamado Jobs ante las autoridades locales.
Las estimaciones preliminares preveían que las nuevas oficinas sean operativas hacia el año 2015. Más tarde se indicó que el proyecto recién estaría terminado en 2016, demora explicada por una serie de revisiones sobre los planos del edificio, según se explica en esta nota. El Consejo Municipal de Cupertino aprobó en forma unánime la construcción de la “nave espacial” de Apple, decisión que será revisada el día 15 de noviembre, según explicó CNN Money.
El campus ocupará 70 hectáreas en las cuales habrán unos 6 mil árboles y, según se estima, dispondrá de espacio para más de 14 mil trabajadores. Contará con una gran cafetería, tres niveles de estacionamiento subterráneo y, entre los múltiples sectores, incluirá un auditorio que será sede de las venideras presentaciones de productos. Se planea que el edificio sea construido bajo criterios de sustentabilidad a fin de reducir el impacto ambiental: entre otros implementos en pos de la salud del ecosistema, incluirá paneles solares y células de combustible. ¿La inversión? US$5.000 millones.
En una buena noticia para aquellos que deseen “espiar” la estética de este descomunal proyecto arquitectónico, la revista Wired publicó un completo catálogo de renders que presentan ante nuestros ojos las “más realistas y detalladas imágenes conocidas hasta el momento de la ‘nave espacial’ de Apple”, según reseña TechCrunch.