El Departamento de Justicia de los Estados Unidos demandó a Apple y a otras cinco editoriales de e-books (Hachette, Harper Collins, Macmillan, Penguin y Simon & Schuster), acusándolas de regular el precio de los libros electrónicos mediante actividades de carácter monopólico.
La Comisión Europea también se encuentra trabajando en una demanda similar desde diciembre de 2011. La principal acusación efectuada contra Apple es que la empresa cerró trato con las principales editoriales antes del lanzamiento del iPad en el año 2010, logrando una ventaja desleal frente a sus competidores con respecto a la negociación de precios.
De acuerdo a la demanda “los consumidores han debido pagar decenas de millones de dólares extra por e-books que de otro modo no habrían pagado”. Por su parte, Apple y las editoriales se defienden argumentando que lo que hicieron fue terminar con el monopolio de Amazon y estimular la competencia.
Según las palabras del vocero de Apple Tom Neumayr, “el lanzamiento de la iBookstore en 2010 impulsó la innovación y competencia, rompiendo el monopolio de Amazon en la industria de las publicaciones. Desde entonces los clientes se han beneficiado de e-books que son más interactivos e interesantes. Tal como hemos permitido que los desarrolladores pongan los precios en la App Store, las editoriales pueden poner sus precios en la iBookstore”.
De esta manera, Apple rechaza de plano la acusación y se dispone a enfrentar la demanda del Departamento de Justicia con todo su poderío legal, en una serie de instancias que habrá que seguir de cerca ya que esto podría marcar el futuro destino del precio de los e-books en el mercado.