Si bien el presidente Barack Obama tiene la capacidad de veto, la realidad es que luego de un debate de 5 horas una de las leyes más polémicas de los últimos tiempos ya fue aprobada por la cámara de representantes norteamericana (con mayoría republicana), cuyo principal argumento radica en un aumento exponencial de ataques informáticos al gobierno estadounidense.
La Cyber Intelligence Sharing and Protection Act (Ley de Protección e Intercambio de Información de Inteligencia Cibernética), impulsada por Michael Rogers (R) y Dutch Ruppersberge (D), promueve el intercambio de información entre empresas de seguridad y el gobierno de Estados Unidos, y su propósito es aumentar la seguridad informática del país. El problema es que la utilización de términos vagos y amplios hace que la simple sospecha de complicidad por parte de un usuario de internet en la comisión de un delito, lo convierte en un blanco sospechoso de atentar contra la seguridad nacional, permitiendo que los datos personales de ese usuario sean liberados para la autoridad gubernamental. Esto ignora cualquier término de privacidad, e incluso la Cuarta Enmienda, tan cara, discursivamente al menos, para los norteamericanos.
Es cierto que el proyecto de ley aún debe pasar por otra instancia, ya que el sistema legislativo norteamericano es bicameral, con lo cual solo tiene media sanción. El pasaje por senadores (cuya cámara es de mayoría demócrata, cuestión que, por lo demás, no genera ninguna garantía) será otra de las instancias determinantes a la hora de la aprobación total, una antes del posible veto presidencial. Si recordamos que Estados Unidos (y más importante, Obama) transcurre un año electoral, y tenemos en cuenta la mala fama que se ha ganado CISPA a nivel popular, podemos inferir que el veto es una posibilidad muy fuerte, sobre la cual el mismo mandatario se ha manifestado.
En este sentido, muchas son las organizaciones que se han declarado en contra de esta iniciativa que tendrá su siguiente prueba en el Senado. Lo llamativo, asimismo, es que no son pocas las empresas de internet que apoyan la medida
Fuentes: El Universal, Europapress, Neoteo