El pasado 29 de julio autoridades nacionales anunciaron la creación de la Unidad de Inteligencia Artificial Aplicada a la Seguridad (UIAAS). Esta división funcionará bajo las órdenes de la Dirección de Ciberdelito y Asunto Cibernéticos. También contará con la participación de representantes de las fuerzas policiales federales y de seguridad.
El objetivo de la unidad es patrullar las redes sociales abiertas, aplicaciones, sitios de Internet e incluso la Dark Web. La idea no es solo investigar delitos e identificar a sus autores, sino también detectar situaciones de riesgo.
Redes y redes sociales
En lo que se refiere a las redes sociales, se utilizarán algoritmos de aprendizaje automatizado para analizar datos históricos de crímenes informáticos y así predecir futuros delitos y prevenirlos. El trabajo en las redes informáticas estará enfocado en encontrar patrones inusuales que podrían revelar amenazas y ataques. Como es el caso del malware, el phishing y otras opciones similares. Otro ámbito a examinar será el de las transacciones financieras, buscando comportamiento anómalos que pudieran estar vinculados a actividades digitales.
Cámaras y drones
Por otro lado, más vinculado al mundo físico, se intenta utilizar la cámaras de seguridad para identificar actividades sospechosas o personas buscadas a través del reconocimiento facial. También se espera utilizar drones para patrullar áreas extensas y ofrecer tanto vigilancia como respuesta ante situaciones de emergencia.
Otros objetivos
Además de lo ya mencionado la idea es mejorar las comunicaciones entre las diferentes organizaciones de seguridad. Y la realización de tareas peligrosas mediante robots, tales como la desactivación de explosivos.
Todo depende
El empleo de inteligencia artificial en el área de la seguridad pública es inevitable. El uso del término patrullar para la actividad en Internet es poco agradable, pero posiblemente intenta realizar una comparación con la actividad que la policía realiza en el mundo físico.
El uso de sistemas de identificación facial es quizás uno de los aspectos más complicados. Depende en parte del nivel de participación humana, dado que estos programas todavía no son confiables por sí mismos y producen muchos falsos positivos.
Del uso de drones nos preocupa saber a donde apuntarán las cámaras. Si se despliegan de forma acotada en espacio públicos no debería ser un gran problema. Pero sería complicado si volaran sobre las casas.