Llama la atención, considerando que es una de las personas más ricas del mundo, y que hasta su último día en Microsoft fue una de las personas más influyentes del mundo de la informática y los negocios, que Bill Gates no haya tenido aún ambiciones políticas.
Luego de ser uno de los principales impulsores del mundo tecnológico como lo conocemos hoy, ahora lo vemos en su nueva faceta benéfica que, parece, le sienta muy bien: “decidí que el rol como filántropo es donde mi contribución será única, y en eso es donde trabajaré durante el resto de mi vida“, dijo.
En una entrevista realizada en Abu Dhabi en la cual se citaron ejemplos de otros millonarios como Ross Perot (candidato a la Casa Blanca entre 1992 y 1996), o el del mismo Mitt Romney, actual candidato republicano que aspira a la presidencia de Estados Unidos, Gates aclaró que no pretende entrar en ese mundo para continuar con su obra de bien a la humanidad. “Puedo estar equivocado, pero pienso que en este rol puedo tener tanto impacto como podría tenerlo en cualquier rol político. En cualquier caso, jamás me postularía para un cargo político“.
El cofundador de Microsoft amasó una fortuna de 66 mil millones de dólares, convirtiéndose en el escolta del magnate mexicano Carlos Slim, para luego retirarse de su compañía y dedicarse a la filantropía.