Bradley Manning, el soldado responsable de la filtración de 700.000 documentos del gobierno estadounidense publicados posteriormente por Wikileaks, fue condenado este miércoles a 35 años de prisión. La pena incluye la baja deshonrosa por sus delitos, que a partir de ahora serán tratados por el tribunal de apelaciones del ejército.
Detenido en 2010, Manning ya ha pasado 1.294 en prisión, incluyendo nueve meses en la prisión de Quantico, Virginia, donde pasaba 23 horas al día en una celda sin ventanas. Esto será descontado de la pena total, que podría haber sido de cadena perpetua en caso de ser hallado culpable del cargo más grave por el que fue acusado, “Ayudar al enemigo”. A primera vista, la pena de “solo” 35 años parece ser una buena noticia para el acusado, aunque la defensa pedía 25 años.
La jueza militar Denise Lind leyó la sentencia ante un Manning que se mantuvo imperturbable, sin evidenciar reacción alguna. El informante de Wikileaks podrá pedir la libertad condicional cuando se cumpla un tercio de su condena.
Durante el juicio, la fiscalía y la defensa se centraron sobre las consecuencias del accionar del soldado. La fiscalía intentó demostrar que las filtraciones de documentación confidencial del Pentágono habían dañado las relaciones entre diplomáticos estadounidenses y sus pares extranjeros. La jueza Lind rechazó estas acusaciones al no comprobarse ningún daño “en curso”.
Por el lado de la defensa, la estrategia hizo hincapié en la estado mental y emocional del acusado en el momento de las filtraciones. Manning fue señalado como un soldado que sufre “disforia de género”, condición que a largo plaza genera “malestar o deterioro en las áreas sociales, ocupacionales clínicamente significativas”. Los abogados argumentaron que su defendido debería haber recibido el tratamiento psiquiátrico correspondiente antes de que ocurrierá la filtración de información.
Asimismo, testigos de la defensa describieron a Manning como un idealista que sobreestimó su autoridad y capacidad de provocar una discusión alrededor de los documentos que filtró. “En ese momento yo estaba pasando por varios problemas. Aunque me han causado muchas dificultades en mi vida, estos no justifican mis acciones”, explicó el soldado en un breve comunicado, revelando además el deseo de reinsertarse en la sociedad y reconstruir la relación con su familia. “Antes de que pueda hacer eso, entiendo que tengo que pagar un precio por mis decisiones y acciones”.
Fuente: TheVerge.com