Aunque las palabras no crean la realidad suelen reflejar lo que ocurre en nuestros tiempos. La Universidad de Oxford ha elegido Brainrot como la palabra del año. Una traducción aproximada al español sería cerebro podrido, o roto.
Curiosamente no se trata de una palabra nueva. Su origen nos lleva a 1854 cuando en su libro Walden Henry Thoreau la empleó para criticar el declive en los estándares intelectuales y una tendencia a dar menos valor a las ideas complejas. Sin embargo, en 2024 la palabra tiene otro uso. Brainrot se suele emplear para describir el impacto negativo que produce un consumo excesivo de contenido online de baja calidad. En particular se apunta a las redes sociales. Tampoco esta idea es nueva, dado que es básicamente el argumento de lo que ocurre en El Quijote con las novelas de caballería.
Jóvenes y redes sociales
Brainrot se convirtió en la palabra del año porque de 2023 a 2024 su uso aumentó un 230%. Este crecimiento puede verse como un signo de la relación que los jóvenes mantienen con las redes sociales. Por un lado participan en ellas de una forma intensa. Por otro lado a menudo señalan como son causa de estrés y sufrimiento.
Reino Unido: El 48% de los jóvenes creen que tienen una adicción a las redes sociales
En los últimos años, especialmente en 2024, han surgido varias iniciativas para restringir la participación en redes sociales de los menores. También para modificar el modo en que estos medios funcionan.
Otras palabras a destacar
Brainrot se impuso por encima de otras cuatro candidatas a palabra del año. De ellas hay dos que nos parecen destacables.
En primer lugar tenemos el término Dynamic pricing, o precio dinámico. Este vocablo designa el cambio de precio de un bien según una serie de variables. En sí nada nuevo dentro de un esquema capitalista de oferta y demanda. Sin embargo, la práctica se distingue por tener sistemas donde los ajustes se realizan de forma automática a medida que llega información en tiempo real.
El otro término es Slop. Slop se utiliza para describir cualquier contenido generado con inteligencia artificial de baja calidad, desacertado o poco original. Generalmente este material es distribuido de una forma indiscriminada y molesta. Esta palabra la hemos visto mayormente relacionada con la producción de ilustraciones por IA. Es un término crítico muy popular en la comunidad artística online.