En 1997 Deep Blue derrotó a Garry Kasparov y comenzó una nueva era para el ajedrez. Los programas fueron perfeccionándose cada vez más, hasta que su capacidad quedó más allá de la habilidad de los seres humanos. Sin embargo, las computadoras no le dieron fin al ajedrez humano. Solo lo redefinieron. Se convirtieron en nuevas herramientas de análisis para enseñarle, aún a los mejores jugadores, como mejorar su juego. Por lo general, es justo decir que las computadoras están de nuestro lado.
Pero jugar al ajedrez en el mundo real es algo más complicado que hacerlo en una pantalla.
El brazo robot y el dedo humano
Vayamos ahora a Rusia, un país en el que el ajedrez es un asunto muy serio. Durante el Abierto de Moscú disputado la semana pasada, en un partido de exhibición, un brazo robot le rompió un dedo a un niño de 7 años.
El brazo tomó el dedo del niño y solo la asistencia de varios espectadores permitió el rescate.
Los organizadores del evento aclararon que el niño había violado las normas de seguridad establecidas. Aunque admitieron que el incidente era preocupante y los desarrolladores del robot tendrán que considerar el incidente.
Nota: Solo para ser claros, si dejas que un niño participe en cualquier evento, ese evento debe, antes que nada, ser a prueba de niños siendo niños.
Un problema de rutina
Existen algunas variaciones en las versiones de lo ocurrido. Afortunadamente existe un video que muestra el momento del incidente.
Es el turno del robot. El brazo toma una ficha de su oponente y la quita del tablero, luego se mueve para buscar la ficha propia con la cual ha realizado la captura. Es importante notar que si este mismo movimiento lo realizara un ser humano, el jugador tomaría su ficha, la movería hacia la casilla objetivo, y allí tomaría la ficha del rival para retirarla del juego. Dadas las limitaciones en su forma física el brazo robot no puede hacer esto.
El niño ve que el robot toma su ficha y entiende la jugada. Luego hace un movimiento lógico. Toma una pieza propia y la lleva a dicha casilla. Es decir, captura la pieza del oponente aún cuando esta todavía no fue llevada a dicho lugar.
El problema es que el robot no completó el movimiento. Al ver una pieza en el lugar en el que debe llevar la suya reacciona de forma mecánica y se apura a removerla. Con el dedo del niño en el medio.
Falta de programación
Todo lo ocurrido nos lleva a una pequeña reflexión. Cuando se le enseña a una computadora a realizar una tarea a menudo los seres humanos se enfocan en lo más básico. En este caso la computadora sabía jugar al ajedrez, sabía mover las piezas. Pero era incapaz de entender la presencia física de su rival, incapaz de reaccionar inteligentemente a un movimiento fuera de la rutina pero lógico realizado por un niño.
Video e imagen originales: Baza Telegram.
