Aunque la automatización en la industria no es algo nuevo la presencia de los robots se ha expandido notablemente en los últimos años. Existen muchos estudios que apuntan a los beneficios de la presencia de las máquinas, pero ahora algunos científicos han comenzado a preguntarse si existen efectos perjudiciales.
Una investigación realizada por la Universidad de Michigan, Estados Unidos, y la de Sungkyunkwan, Corea del Sur, apunta que los lazos afectivos entre las personas y los robots con los que trabajan pueden ser perjudiciales para las relaciones humanas. Dos trabajos fueron realizados, uno cuantitativo y otro cualitativo, para recabar y luego evaluar datos tomados de trabajadores y directores de empresas en las que se trabaja con robots a diario.
Primer estudio
En el primer estudio 88 personas fueron asignadas a 44 equipos, cada uno consistente de dos seres humanos y dos robots. Luego participaron de una competencia en la que debían mover botellas de una posición a otra.
A los participantes se les hicieron preguntas sobre sus desempeños y la conexión con sus compañeros de equipo. Cuando los seres humanos se mostraron más conectados con los robots se advirtió la emergencia de un subgrupo dentro del equipo que afectó negativamente los resultados conseguidos durante la competencia.
Segundo estudio
El segundo estudio buscó recomendaciones sobre como podría mitigarse este efecto. Para tal fin se consultaron a 112 profesionales que dirigen a personas que trabajan con robots.
Las respuestas fueron sensatas y poco sorprendentes. El entrenamiento, un liderazgo marcado y mejoras en la comunicación entre los seres humanos surgieron como puntos clave. Trabajadores tomando descansos coordinados y eventos deportivos y sociales compartidos fueron algunas de las iniciativas apuntadas.
La investigación apunta a que los empleados con mejores conexiones entre sí que con los robots producen un trabajo en equipo de mayor calidad.
