Uno de los grandes desafíos que nos propone la tecnología por estos tiempos es el óptimo aprovechamiento de la energía. Cada vez consumimos más dispositivos que requieren de electricidad, pero esa electricidad debe generarse de una manera sustentable, sostenible y con el menor impacto posible hacia los recursos naturales.
Afortunadamente, si algo sobra en este planeta es energía, aunque en otras formas: solar, eólica, acuífera, calórica y otras tantas variantes. Si el hombre lograse convertir una mínima porción de eso en electricidad, resolveríamos todos los problemas que hoy conllevan la generación de energía eléctrica por medios que representan un impacto medioambiental altamente nocivo, como las centrales nucleares, que en 25 años provocaron 2 accidentes a gran escala (Chernóbil y Fukushima), sumados a otros menores de los cuales muchos de nosotros ni siquiera tenemos noción.
Un salto importante en este sentido lo dio la nueva generación de baterías recargables, basadas en iones de litio, que hacen posible una mayor potencia (medida en mAh) consumiendo menos espacio físico y con una mayor vida útil. A éstas se suman las pilas AA y AAA que también se consiguen en formatos recargables con cada vez más beneficios. Así, no sólo se aprovecha mejor la energía, sino que además se disminuye la basura contaminante (en la medida que nosotros, como usuarios, tomemos conciencia de la implementación de estas propuestas).
Ahora bien, para recargar estas baterías, seguimos acudiendo al uso de la electricidad de centrales nucleares, hidroeléctricas o de combustión, que actualmente tantas complicaciones nos trae. En la búsqueda de alternativas que ofrezcan soluciones desde lo micro, para así aportar a lo macro, TES NewEngergy viene trabajando desde el año 2000 en desarrollos a partir del descubrimiento de un compuesto de óxido capaz de convertir la energía calórica que se desecha en miles de situaciones en energía eléctrica.
Y uno de los primeros productos basados en este desarrollo, capaz de ofrecer un beneficio directo al usuario, es el cargador japonés Hitochaja HC-5 USB. Se trata de una olla (sí, de cocina), que a través de su mango ofrece un puerto USB para que allí conectemos cualquier dispositivo que se pueda cargar por esta vía (GPS, reproductores multimedia, smartphones, etc).
La idea es bastante convicente: las llamas que calientan el agua de cualquier olla pueden alcanzar temperaturas de hasta 500º C, sin embargo el agua hierve con apenas 100º C. La idea entonces es aprovechar esa diferencia calórica de 400 grados para generar electricidad, usando el descubrimiento de TES NewEnergy.
El Hitochaja HC-5 entrega una tensión eléctrica de 5V (el estándar USB), con una potencia máxima de 400 mAh. Claro, considerando que una batería de smartphone promedia los 1.500 a 1.900 mAh, esta olla demora entre 3 y 5 horas en cargar por completo un iPhone, por ejemplo. De todas formas, hay que considerar que este es apenas el primer paso, y aún así el aprovechamiento de la energía es mejor, además de que un gadget como éste puede sernos sumamente útil en campamentos, por ejemplo. El dispositivo se presentó el 13 de junio en japón a un costo inicial que ronda los U$S 285.
[frasefuerza] Ante enorme dependencia de la energía eléctrica que provoca el consumo masivo de dispositivos electrónicos, es fundamental que los propios usuarios demanden alternativas sustentables para la alimentación de los mismos, con el menor impacto ambiental [/frasefuerza]
A nivel local y más accesible, podemos mencionar el cargador de pilas AA y AAA basadas en NiMH que presentó Energizer, que si bien usa la electricidad como medio, cuenta con un sistema digital inteligente para un mayor aprovechamiento de esta energía. El cargador permite determinar el tipo de batería insertado, y a partir de eso muestra en un display el tiempo de recarga restante (en horas), además de una barra de progreso. También es capaz de identificar cuando se inserta una batería que no es reutilizable.
Así, el usuario no sólo tiene una noción exacta de los tiempos requeridos para tener a la pila nuevamente operativa, sino que además el sistema de carga y corte automático ofrece un ahorro importante en el consumo, además de cuidar a las pilas de sobrecargas, con lo que su vida útil se puede extender hasta un 15%.
Este cargador puede lograr la carga completa de una pila de 1.000 mAh en 7 horas, o en 8 horas si se trata de una de 2650 mAh. Cabe mencionar que, apenas insertamos la pila, el cargador informa siempre un tiempo restante de 8 horas de carga. Pasada la primera media hora, este contador se ajusta al remanente exacto.