El jueves pasado el CEO de Honor, George Zhao, se refirió a la aplicación de inteligencia artificial en los smartphones durante una entrevista al medio CNBC. Los smartphones de la compañía ya tienen varias funciones de IA y existen planes para incorporar más en un futuro cercano. Uno de los comentarios más interesantes del ejecutivo fue que la inteligencia artificial no tenía mucho sentido si no se protegían los datos y aseguraba la privacidad de los usuarios.
Cuanto puede una compañía china, aun con la mejor voluntad, garantizar estos aspectos es un tema aparte.
Zhao explica que la estrategia de Honor es mantener las operaciones de IA que involucran datos personales dentro del smartphone.
Dos caminos
Zhao apunta: “Mi punto de vista es que el desarrollo de las IA tiene dos direcciones. El de la IA de la nube se ha vuelto más poderoso. Pero creo que la IA en los dispositivos, por sus capacidades y como favorece a los usuarios, será más íntima y nos comprenderá mejor”.
Muchos modelos generativos, como ChatGPT, consumen una gran cantidad de potencia de cómputo y están lejos de lo que una batería de un dispositivo móvil puede soportar. Esto los obliga a trabajar en la nube y por tanto suponen un desafío en términos de seguridad.
Un asunto interesante
Lo señalado por el CEO de Honor nos ha parecido que puede estar vinculado también a otro aspecto de las IA. Todavía no parece estar bien definido la utilidad de estas herramientas para el usuario común y corriente. No hablamos de lo que se ofrece, que hay muchas opciones, sino de lo que será adoptado finalmente. En muchos casos hemos visto que el acceso libre a una IA ha producido gran entusiasmo inicial seguido de una caída masiva.
La pregunta definitiva es ¿Para qué queremos a las IA? Y no estamos seguro de si la tenemos presente tanto como deberíamos.