Sam Altman, el CEO de OpenAI, ha intentado calmar un poco los temores sobre las consecuencias del desarrollo de las inteligencias artificiales. Temores con los que el mismo y su empresa en ocasiones han contribuido, aun cuando no haya sido esa la intención.
El ejecutivo señaló que la idea de que las IA se desarrollarán hasta el punto en el que los seres humanos no tendrán más trabajo o propósito no lo convence. Ante esta afirmación se lo consultó sobre los medios que emplean esta tecnología para generar historias. Altman respondió que en realidad ChatGPT debería usarse para darle a un periodista el poder de 100 asistentes para investigar y explorar ideas.
En un sentido Altman tiene la razón, la tecnología no debería necesariamente desplazar a las personas del trabajo. Pero la teoría no puede negar lo que sucede en la práctica.
Objetivos de OpenAI
Altman apuntó que el objetivo de la empresa es maximizar los beneficios que pueden producir las IA, en particular las Inteligencias Artificiales Generales. Este tipo de IA se caracteriza por tener todas las capacidades de un ser humano. Sin embargo, todos los desarrollos de la actualidad están muy lejos de dicho objetivo, tanto en escala como en la naturaleza de su funcionamiento.
Pero Altman afirma que no existe un consenso sobre la definición de una IAG. En cambio apunta a la capacidad de los modelos para entender la física del universo y realizar descubrimientos científicos como punto clave.
Otras aclaraciones
Altman también aprovechó su última presentación en París para aclarar que la compañía no tiene intención de dejar el continente. Anteriormente se había mostrado molesto con la posibilidad de una regulación demasiado severa en la Unión Europea.
Aún más, aseguró que en el futuro OpenAI abriría una oficina en Europa.
También respondió a las críticas sobre la falta de transparencia sobre las bases de datos para el entrenamiento de ChatGPT apuntando que en realidad lo que los criticos quieren saber es si los modelos eran racistas. Lo importante es como se comporta el modelo cuando lo someten a un examen en este aspecto. Y afirmó que ChatGPT era sorprendentemente nada prejuicioso.
Lo único que comentaremos al respecto es que la transparencia sigue siendo necesaria, no es solo cuestión de resultados. Y que nos gustaría que la falta de prejuicios de los modelos no sea sorprendente.
