China tiene un gran problema: ha acumulado una gran cantidad de criptomonedas y no sabe que hacer con ellas. El comercio con las monedas digitales está prohibido en dicho país. Pero obviamente esto no quiere decir que no se utilicen.
Muchos grupos criminales en China emplean las criptomonedas. Son un medio efectivo para lavar dinero y ocultar transacciones. Son muy populares en los esquemas de fraude o apuestas ilegales. Cuando el gobierno descubre a los criminales y los arresta confisca también los bienes digitales. Con el tiempo las autoridades locales han ido acumulando cada vez más criptomonedas. Pero no existe un protocolo claro sobre qué debe hacerse con ellas. En China no se las reconoce, pero para el resto del mundo tienen valor.
Un tesoro tentador
Jueces y abogados han reclamado mayor claridad en los procedimientos a seguir. El temor es que estos tesoros cada vez más grandes se conviertan, si acaso ya no lo son, en una tentación para los funcionarios y fomenten la corrupción y las maniobras ilegales. También podría ser un incentivo para las prácticas abusivas.
Debemos notar que las criptomonedas no son utilizadas solo por criminales. También las emplean los ciudadanos honrados que solo buscan un recurso extra para su economía personal. Muchas personas en China utilizan sistemas de intercambio y pago en el exterior para acceder a bienes digitales. Estas operaciones son posibles gracias al uso de servicios VPN. Técnicamente están cometiendo un delito, pero la práctica es muy extendida.
Todos esto también lo puede hacer cualquier funcionario y asegurarse una vida de comodidades en el exterior.
La economía no ayuda
Algunos gobiernos locales han elegido vender las criptomonedas a través de compañías privadas para recaudar un dinero extra. Esto supone una importante ayuda dado que la economía China atraviesa un periodo de contracción.