La Administración del Ciberespacio de China, ha establecido normas para el uso de los deepfakes. En ellas se apunta la prohibición de las recreaciones de personas sin su permiso o cualquier producción que vaya en contra de los intereses nacionales.
Lo dicho supone la penalización de todos los mensajes que se consideren como desinformación, o cualquier crítica al actual regimen. También se establece que los deepfakes deben promover un desarrollo saludable de los servicios de información de Internet y la buena ecología del ciberespacio.
Deepfakes: Un futuro inevitable
Posiblemente lo más interesantes de esta noticia es que el gobierno chino anticipa una expansión en el uso de esta tecnología. Por ejemplo, en el documento publicado se señala que los deepfakes podrán ser utilizados en chatbots, aunque en esos casos se establece que deben ser marcados como creaciones digitales.
Los creadores de deepfakes son catalogados como proveedores de servicios de sintesis profundas. Entre sus obligaciones se incluye la necesidad de asegurar los datos recabados y tener modelos acertados y regularmente mantenidos.
Caos y Control
Los deepfakes pueden pensarse como un fenómeno más dentro de un espacio, Internet, que a menudo parece tener siempre un componente de caos irremediable. En este sentido resulta interesante ver como las autoridades chinas se esfuerzan en controlar el medio. Algunos de sus esfuerzos son efectivos, pero nunca todos, y nunca del todo.
A pesar de lo dicho, algunas de las preocupaciones del gobierno chino son compartidas por otros países más democráticos.