Mientras Microsoft demanda a Google por supuestas prácticas monopólicas, el cofundador de la compañía de Redmond, Paul Allen, encontró un hueco para acusar a Bill Gates de conspirar para quedarse con la firma.
Paul Allen arremetió contra Bill Gates en su autobiografía, acusando a su ex socio de idear un plan para restarle influencia en la compañía.
El ejecutivo explicó que Gates aprovechó su baja médica debida a un tratamiento contra el cáncer para intentar arrebatarle su participación en la empresa, y que habría contado con la complicidad del actual CEO, Steve Ballmer.
Según sus palabras, incluso habría llegado a descubrir a ambos manteniendo una reunión cuyo objetivo final era claramente desplazarlo, lo que le permitió ser consciente de la situación y frenarla.
“Yo le ayudé a iniciar la empresa y todavía era un miembro activo en su gestión, aunque limitado por mi enfermedad, y él, mi socio y amigo, la aprovechó para sacarme. Fue un oportunista mercenario, así de simple”, se lamenta Allen.
Además, en las páginas de su autobiografía, titulada “Idea Man: A Memoir by the Co-founder of Microsoft”, Allen reclama para sí mayor reconocimiento público por su trabajo en Microsoft y asegura que él y no Gates es quien tiene el mérito de muchos de los proyectos más importantes que convirtieron la compañía en el gigante informático que es en la actualidad.
Allen dejó de ocupar puestos ejecutivos en Microsoft en 1983 convertido en una de las personas más ricas del mundo y meses después de que se le detectara un cáncer, si bien manifestó que su salida fue motivada por su desencanto con el comportamiento de Gates, a quien retrata como autoritario.
Aunque Allen y Gates cofundaron Microsoft, el primero aceptó concederle al segundo más rédito por la tarea, de forma que se repartieron las acciones inicialmente en un 60% para Gates y un 40% para Allen, quien más tarde se conformó con un 36% de los títulos, mientras que Gates se quedó con un 64%.
De acuerdo a Carl Stork, técnico asistente de Bill Gates durante las dos últimas décadas del siglo pasado, “aunque todos consideramos a Paul un amigo y valoramos su contribución, Bill tuvo un impacto mucho mayor en el crecimiento y el éxito de Microsoft que lo que tuvo Paul”.
Al mismo tiempo, la imagen de Allen no es de las mejores, porque al margen de invertir en viajes espaciales o comprarse equipos deportivos, el cofundador de Microsoft tiene por costumbre demandar a todo el mundo, desde Facebook a Yahoo! pasando por eBay, Apple y Google.
En su “super denuncia”, como se la llama un poco en broma en el sector, acusa a 11 empresas de infringir su propiedad intelectual, pese a que un juez desestimó su primera demanda.
La autobiografía de Paul Allen saldrá a la venta el próximo 17 de abril en EE.UU.
¿Se convertirá en Best-Seller?