Los lanzamientos se suceden unos tras otros, sin dejarnos tiempo ni para elegir la TV que pondremos en el living de nuestro hogar. Más allá del mayor o menor apego a una marca, no hay que confundirse con la gran cantidad de datos que nos ofrecen a la hora de vendernos uno de estos televisores, sino elegir entre algunas cuestiones clave.
La nueva generación de televisores ya está entre nosotros. Su adquisición supone una inversión que, si bien vale la pena, aún está un poco lejos aún del “bolsillo” promedio. Por ello diseñamos esta guía para quienes tienen pensado comprar uno lo hagan de la manera más “inteligente posible”.
¿LCD, plasma o LED?
Se trata de las tres tecnologías disponibles actualmente en el mercado. La mayoría de los fabricantes han optado por inclinarse ante el LCD y el LED, las cuales, básicamente, se basan en la misma tecnología (pantallas de cristal líquido). Pero los LED incluyen retroiluminación LED, es decir, lámparas que ofrecen una mayor iluminación a lo que vemos en pantalla.
Esto no sólo ofrece mayor brillo, sino que destaca mejor los colores, ofreciéndonos matices para que diferenciemos cada uno de los tonos que conforman la imagen. De todas maneras, la mayoría de los equipos incorporan sensores que se encargan de regular la intensidad de las lámparas LED con respecto a la iluminación de la sala, persiguiendo dos objetivos: reducir el consumo innecesario de energía y ofrecer una mejor visualización de la imagen.
Por lo general, las especificaciones de los equipos dicen cuántas lámparas incluyen, dividiendo otra vez (como si fuera necesaria tanta segmentación) la oferta de TVs: los LED “a secas” poseen hasta 300, aunque hay modelos más avanzados, llamados “Full LED”, que duplican esa cifra.
El plasma, en cambio, es una tecnología poco frecuente y su principal impulsor es Panasonic. En lugar de cristal líquido, implementa una mezcla de gases inocuos (como el xeón y el neón) que forman un plasma con luz de color que se refleja en celdas de cristal. Ofrece una imagen con colores más fidedignos, pero la industria se ha inclinado por el LCD/LED por su menor costo de producción. Los plasma también ofrecen un angulo de visión más amplio y una mejor relación de contraste que un LCD normal, aunque esta cuestión se está emparejando con el uso de las pantallas LED.
¿Tamaño de la pantalla?
Hay muchos tamaños de pantalla disponibles, pero por lo general encontraremos desde los 32” hasta los 52”. Los de 32 pulgadas, obviamente, son más económicos, pero es en los que se encuentra mayor segmentación de productos. Como es el formato usado por las diferentes marcas para lo que se llama “Segmento de entrada” o Entry Level, tienen configuraciones muy variadas de un modelo a otro.
Son con los que hay que tener más cuidado a la hora de una compra compulsiva, pues hay detalles técnicos (como la frecuencia de barrido, la relación de contraste, etc.) que son reducidos en algunos equipos para conseguir un precio más bajo. En cambio, las pantallas más grandes incluyen configuraciones más completas.
La decisión de un tamaño u otro no sólo tiene que ver con la cantidad de dinero que podemos gastar, sino también con el espacio disponible, pues existe una distancia mínima para ver las imágenes correctamente. Existe una fórmula para calcularla, que consiste en multiplicar por dos la cantidad de pulgadas. La distancia máxima es el doble de la distancia mínima.
Por ejemplo, un televisor de 32 pulgadas requerirá una distancia mínima de 64 pulgadas y una máxima de 128 (1,6 y 3,2 metros, respectivamente). Para calcular rápidamente un valor de pulgadas a metros podemos usar este conversor de medidas online.
¿HD Ready o Full HD?
Esta distinción es casi inútil a esta altura del partido, donde los principales jugadores del mercado van retirando sus modelos viejos para darle mayor vigor a sus nuevos productos. Pero aún hay televisores que poseen esta diferenciación por medio de un leyenda que indica si son HD ready o Full HD.
Los primeros ofrecen un de fotograma de 1280 x 720 píxeles, mientras que en los segundos es de 1920 x 1080. Obviamente, los Full HD brindan una mayor definición. Además, los HD Ready sufren distorsiones en su imagen cuando se reproducen videos en formato Full HD. Encontraremos pocos equipos HD Ready, pero es importante tenerlo en cuenta para que no nos vendan “gato por liebre”.
¿Frecuencia de refresco/barrido?
Las especificaciones técnicas de los equipos nos ofrecen un dato “medido” en Hertz (Hz). Ahora, muy bien, ¿qué significa? Se trata de la frecuencia de barrido (también conocida como de “refresco), que consiste en la velocidad con la que se actualiza la imagen. Parece una cuestión menor, pero es vital en las imágenes en las que se proyecta un gran volumen de información.
Por citar un ejemplo, en un noticiero de televisión probablemente no notemos ninguna diferencia, pues dos personas que se mueven muy poco no es “demasiada información visual”. Pero sí lo es un evento deportivo o una película de acción, donde hay muchos detalles para ver y que cambian de una manera muy veloz. Los LCD más económicos incluyen una tasa de refresco de 60 Hz, un valor aceptable para un uso “estándar”. Pero los equipos más potentes incluyen frecuencias de 120 Hz o más.
Si se cuenta con un Bluray o una PlayStation 3 es imprescindible adquirir un televisor de 120 Hz o mayor. Justamente, incorporan compatibilidad con altas frecuencias de refresco. En caso contrario, nuestra experiencia puede ser bastante decepcionante: se evidenciará una especie de “tironeo” similar al que vemos al ejecutar un video de YouTube en una máquina vieja, con saltos de imagen incluido, en nuestra película de acción o videojuegos favoritos.
En el caso de los televisores 3D, como la información visual se divide en dos (una imagen diferente para cada ojo), los fabricantes ofrecen equipos que duplican (o triplican) el piso de los 120 Hz.
Otra cuestión relacionada con la frecuencia de barrido es que deberemos actualizar nuestro abono de TV paga a uno digital para aprovechar el televisor al máximo. Sucede que los estándares de televisión analógica (PAL-N, NTSC y SECAM) operan con una frecuencia de refresco de entre 50 y 60 Hertz.
¿Conectores e Internet?
Los nuevos televisores no sólo sirven para “mirar la tele”. También incluyen otros conectores que permiten aumentar las funcionalidades. Por ejemplo, algunos equipos poseen una entrada ethernet o bien conectividad Wi-Fi, para enlazar con nuestro router. Es más, los fabricantes ofrecen su propia plataforma online para ofrecer sus contenidos. Se trata de una estrategia de fidelización similar a la de las tiendas de aplicaciones de los fabricantes de celulares inteligentes.
Pero además incluyen puertos que vemos en nuestra computadora. Lo más importante es que incluya al menos dos HDMI, para conectar, por ejemplo, una PlayStation y el sintonizador de TV digital (ya sea abierta o paga), y así alternar entre la imagen de uno y otro equipo directamente desde el control remoto (sin conectar y desconectar cuando se quieran usar).
A estos puertos también es posible conectar una computadora o cámara que incorpore una salida de alta definición. Además, los televisores incorporan puertos USB para enchufar pendrives o cámaras. Por ello es preciso ver que posean soporte para contenidos multimedia como archivos DivX, para reproducir los videos que descargamos de Internet.
¿Relación de contaste?
Al igual que la tasa de refresco, este es uno de los ítems que resultará menos familiar a los usuarios. Dicho en pocas palabras, es la diferencia de luminancia entre el color más claro y el más oscuro (el blanco y el negro, obviamente) de una pantalla.
Por lo general, se mide de la siguiente manera 1.000.000:1, para decir que entre el color más claro está separado por un millón de niveles de brillo diferentes del más oscuro. Y mientras ese valor sea mayor, mejor será la calidad de la imagen, pues aumentará considerablemente la paleta de colores.
Hay mucha oferta de equipos en el mercado que ofrecen relaciones de contrastes variadas, aunque el estándar se podría decir que se ubica en los 5.000.000:1, aunque hay modelos que lo duplican.
¿Y los 3D?
Este año se conocerá como el de la consolidación de los televisores delgados: los analistan prevén que para fin de año la proporción para Latinoamérica entre televisores de tubo y LCD/LED/plasma será de 50%-50%. Y también de la llegada del 3D: los principales jugadores presentaron sus equipos en la región: Sony, Samsung, Panasonic y LG.
La oferta de equipos es bastante similar: son todos LED, salvo los productos de Panasonic. Ofrecen, por lo general, el set compuesto por televisor más un par de gafas 3D (si se quieren comprar por separado, para completar las cuatro de una familia tipo, cuestan unos 250 dólares en promedio). Estas gafas son del tipo “Active Shutting” (Obturación Activa), pues parpadean por separado para ofrecernos una imagen para cada ojo.
Llevan baterías recargables y se sincronizan con la TV por infrarrojos, así que no se pueden usar a distancias mayores de 10 metros. De todas formas, ya hay empresas (como Toshiba) que lanzaron sus televisores con pantallas que no requieren lentes, aunque con tamaños más reducidos.
Los televisores 3D cuestan entre 3.500 y 6.400 dólares (al menos en la Argentina) y, básicamente, más que la tecnología 3D (son bastante similares) en sí hay que someterlos a los mismos ítems que mencionamos anteriormente.
Finalmente, nos queda otro filtro por mencionar. Sea cual fuere el televisor que deseemos comprar, añadamos a la información que reunamos una pequeña prueba. Vayamos al comercio o a un show room (cada vez más marcas tienen el propio) y veamos a la tele en acción. Y esto vale no sólo para una TV, sino para cualquier artículo tecnológico que tengamos en la mira: hay que someterlo a la experiencia propia.
Ahora apelamos a la opinión de nuestros calificados lectores: ¿Cuáles creen que son las cuestiones más importantes a la hora de comprar una TV? ¿Qué marcas y modelos sugerirían?
Por Alejandro D’Agostino |