Parece que subirse a la nube está de moda. La tendencia iniciada por Dropbox y que recientemente sumó otros competidores como SkyDrive y Google Drive, ahora tiene un nuevo representante: nada más ni nada menos que Amazon. El flamante servicio, bautizado Cloud Drive, ofrece almacenamiento gratuito de hasta 5 GB y la posibilidad de subir archivos a la nube a través de clientes de escritorio para Windows y Max OS X.
Existe una diferencia importante con sus competidores y es que Cloud Drive permite la subida de archivos pero no los sincroniza con otros equipos, a diferencia de otros servicios como Dropbox, lo que puede representar una desventaja para algunos usuarios.
Las aplicaciones de escritorio de Amazon Cloud Drive permanecen en la barra de menú en el caso de las Macs y en el Centro de Notificaciones en el caso de Windows para subir los archivos desde allí sin necesidad de utilizar un navegador. Otra característica de Cloud Drive es que si se compran archivos MP3 en la tienda de Amazon, se almacenan automáticamente en nuestra cuenta de Cloud Drive pero sin ocupar espacio adicional.
¿Es negocio mantener la infraestructura necesaria para que los usuarios mantengan sus datos en la nube? ¿Hay espacio para más competidores todavía en este mercado? ¿Qué pasará con los archivos almacenados si eventualmente algún proveedor decide que el modelo de negocio no es rentable y decide retirarse de repente? Son incógnitas que solamente se develarán con el paso del tiempo.