La compañía aeroespacial japonesa, ispace, ha compartido los detalles de su segunda misión a la luna. Para esta aventura contará con el modulo de aterrizaje Resilience. La carga que llevará incluye el explorador Tenacious, un modulo de producción de comida, una sonda de radiación, una placa conmemorativa y un electrolizador de agua (un dispositivo que separa las moléculas de hidrógeno y oxígeno).
Todo lo dicho parece o bien útil, o simbólico, pero hay un elemento más que debemos agregar. La Resilience pondrá sobre la luna una casa de techo y paredes rojas. La casa es pequeña, la casa es en realidad un juguete. Y una obra de arte.
La casa lunar
La Moonhouse es un proyecto del artista sueco Mikael Genberg. Según se explica en un sitio web dedicado al proyecto, la casa en la luna simboliza la habilidad de la humanidad para conseguir lo que parecía imposible. También, por su simpleza y humildad, intenta recordar las raíces de la humanidad en nuestro planeta al tiempo que presenta sus ambiciones para explorar y expandir nuestras fronteras.
También es una casita de juguete en la luna. Pero es una casita que ha acompañado al artista durante más de 20 años y ha estado en muchos lados. Durante las últimas décadas ha sido instalada sobre árboles, bajo el agua, ha visitado la Gran Muralla China e incluso la Estación Espacial Internacional. En efecto, la casa roja tiene experiencia en el espacio exterior.
Un futuro con casas más grandes
El modulo será llevado al espacio en un cohete de Space X. Todavía no existe una fecha firme, pero se estima que sucederá poco después de Diciembre de este año. De toda la carga señalada la que más interesante nos parece es la dedicada a producir alimentos. También el electrolizador. Si esta tecnología demuestra su efectividad y escala, es posible que en algún futuro no tan lejano tengamos casas de mayor tamaño en la luna. Mientras tanto, soñar no le hace mal a nadie.