Uno de los chistes más comunes en el mundo de los videojuegos es descubrir en que nueva plataforma puede jugarse el clásico Doom. La variedad de dispositivos es asombrosa y en ocasiones ridícula. Un grupo de investigadores le han dado una vuelta de tuerca a esta idea al entrenar a un sistema de inteligencia artificial para que produzca el juego conforme el jugador interactúa con el entorno.
GameNGen es el primer motor de juegos basado enteramente en una red neural. Actualmente este sistema es capaz de simular el juego a una velocidad de 20 cuadros por segundo, con una calidad de imagen similar a la que ofrecen los gráficos JPEG. Los investigadores afirman que las personas que han examinado los clips producidos por GameNGen tienen dificultades para distinguirlos de los tomados del juego original.
Entrenamiento
Los desarrolladores han señalado que una de las dificultades que han tenido es que no podían capturar escenas de juego a gran escala. Por lo tanto tuvieron que entrenar a un agente para que jugara Doom y de esa manera recolectara datos de entrenamiento. Una vez obtenida la información, se pasó a una segunda etapa en la que se trabajó con una versión modificada de Stable Diffusion 1.4. El modelo debía observar los cuadros de imagen previos y producir los siguientes en periodos de tiempo extensos.
Por supuesto, existen algunos detalles técnicos más finos y complejos que pueden ser consultados en esta página.
Resultado
En general el juego se ve bastante bien, idéntico a al original. Sin embargo la calidad de la imagen cambia de un momento a otro según los elementos en pantalla. Los investigadores han reconocido que se producen muchos efectos extraños y han trabajado para mitigarlos.
Un límite importante es que actualmente el IA Doom tiene una solidez de 20 segundos. Durante ese periodo de tiempo el sistema reproduce todas las mecánicas del juego. Una vez que lo excede la memoria del modelo comienza a ser superada por las exigencias y la simulación entra en declive. A pesar de lo dicho hemos visto cortos más extensos que se mantienen bastante bien.