Una de las razones por las que los seres humanos son mejores cocineros que los robots es que pueden probar la comida. De esta manera descubren que sabor tendrá un plato cuando realizan cambios en sus ingredientes o elaboración. Esta ventaja puede tener los días contado. R2-D-Chew es un robot creado por científicos de la Universidad de Cambridge que es capaz de saborear lo que produce.
El robot imita el proceso de masticación del ser humano. Su objetivo es descubrir que tan salada es la comida en las diferentes instancias de este proceso. La sensación brindada por la sal cambia mientras masticamos.
Mezcla e ingredientes
Los investigadores entrenaron al robot para que cocinara omelettes. El ingenio probó la combinación de huevos y tomates en 9 variaciones y en tres etapas del proceso de masticación. Un sensor de salinidad realizó una serie de lecturas a medida que se preparaban los platos. Los científicos mezclaron los componentes en varias ocasiones para simular el masticado e hicieron que el robot probara la comida en cada ocasión.
R2-D-Chew es capaz de determinar cuando a un plato le falta sal o es demasiado salado. También puede decidir cuando es necesario mezclar más o añadir otros ingredientes.
Un largo camino por delante
Los cocineros pueden respirar tranquilos, al menos por ahora. El robot es poco más que un brazo mecánico y un sensor. Lo más destacable es la idea y la programación. Los desarrolladores creen que puede llegar a ser de gran ayuda en la cocina, pero para ese momento todavía faltan años.
El objetivo a corto plazo es hacer que el robot sea capaz de adaptarse a gustos particulares, para que entonces los usuarios lo puedan ajustar según el resultado que quieran conseguir.