Un investigador de la Universidad de Birmingham desarrolló un algoritmo de computación capaz de predecir el crimen gracias a la monitoreo de la actividad de los teléfonos móviles. Se trata de Mirco Musolesi quien fue que ganador del Desafío Nokia, certamen que ganó precisamente procesando datos de actividad de telefonía celular y creando modelos predictivos sobre la actividad de los usuarios.
Y fue en este estudio en el que se basó Musolesi para dar evidencias sobre la posibilidad del algoritmo en la lucha contra el delito: a través de la monitorización de la actividad de 25 voluntarios en Suiza y de la captura de los datos del GPS de sus smartphones con sus respectivos envíos y recepción de mensajes de texto y llamadas e historiales, se procesó la información para generar un modelo predictivo y consecuentemente saber dónde se dirigían los voluntarios o dónde se localizaban con una precisión de20 metroscuadrados. Incluso al eliminarse los datos del GPS el algoritmo continuaba con las predicciones (un poco más defectuosas) pero en espacios de mil metros cuadrados; además si se añadían datos provenientes de amigos con los que tenían relación los usuarios, la precisión podía volver a fortalecerse.
Para el investigador, más allá de que apaguemos el GPS del smartphone el dispositivo móvil sigue generando información que capta cada estación por la que el usuario pasa y a su vez cada estación base está georreferenciada, por lo tanto sería posible ubicar las coordenadas espaciales de la persona que utiliza el celular sin tener la necesidad de intervenir (“pinchar”, en la jerga policial) el dispositivo. Según el estudioso, este adelanto sería una herramienta eficaz en la prevención del delito: la idea de Musolesi es perfeccionar el algoritmo y utilizar los datos proporcionados con el objetivo de ayudar a la policía en el rastreo de sospechosos, quienes al realizar movimientos extraños pueda deducirse que están por cometer un crimen. En palabras del hombre de la Universidad de Birmingham, si se cuenta con una buena red “podés identificar la calle, la cuadra y la casa”. También serviría para buscar patrones de movimientos o sugerir futuros desplazamientos de las personas sospechadas hacia áreas inusuales. La intención de Musolesi de proveer de su avance a la policía corre también por el lado de testear el alcance y las posibilidades del algoritmo.
Este proyecto no es el único que utiliza minería de datos con la intención de prevenir delitos. Por ejemplo, Facebook utiliza algoritmos que intentan descubrir usuarios fraudulentos o potenciales agresores sexuales mediante el análisis de palabras clave en sus chats contrastadas con la edad de los usuarios con los cuales conversan. O para citar casos que fueron material de películas como “Enemigo Público” de 1998, el análisis que hace la NSA (National Security Agency) sobre términos que pueden aludir a amenazas consideradas terroristas para el gobierno estadounidense. Todos estos desarrollos caminan por la delgada cornisa de la invasión a la privacidad, cornisa de la cual pueden caer si transgreden los límites de los objetivos primigenios de prevención y resguardo.
Fuente: Forbes.com (Vía ALT1040)