La noticia se conocía desde el año pasado, pero ahora se hizo efectiva. A partir de hoy, las extensiones de Chrome deberán descargarse exclusivamente desde la Chrome Store, o serán bloqueadas. Desde Google argumentan que es para mantener a raya a las apps maliciosas, las cuales suelen aparecer en sitios externos.
“El Malware puede cambiar la forma en que los navegadores funcionan, instalando de forma silenciosa extensiones en el equipo que pueden incluir avisos o rastrear nuestras actividades en la red”, dice Google, y concluye “si notas publicidades extrañas, sitios caídos o una navegación lenta luego de instalar software nuevo o un plugin, podrías estar afectado”.
Tal vez la peor noticia para aquellos usuarios que ya han instalado extensiones externas, tenga que ver con que ahora estas aparecerán bloqueadas por Chrome. La única forma de poder activarlas nuevamente es hallarlas en la tienda y volver a instalarlas. Esto, claro, si es que el desarrollador optó además por el canal oficial de distribución.
La decisión por parte de Google ya había sido adelantada durante noviembre pasado, momento en el cual aconsejaba a los developers que hosteaban de forma personal sus extensiones que comenzaran a subirlas a la tienda del navegador. Ya en aquél momento se adelantaba que mayo sería la fecha final, aunque a principios del mes aún muchos desarrolladores tenían trabajo pendiente, y Google decidió posponer la fecha de cierre hasta hoy. Si bien el monto es pequeño, tal vez una de las razones para que la “mudanza” se efectuara lentamente tenga que ver con las tarifas, ya que los desarrolladores deben abonar 5 dólares para poder subir su contenido a la Chrome Store.
Por lo demás, quienes no verán cambio alguno serán los usuarios de otros SO (ya que la medida es solo para Windows), los desarrolladores, quienes podrán continuar instalando sus apps de prueba de forma local, y las empresas,que también podrán tener instalaciones locales de apps particulares gracias a la Política de Empresas de Google, que ampara esto.
Vía: LifeHacker, TechCrunch