Phone Arena dice haber recibido un correo electrónico de parte de uno de sus “lectores más fieles”, quien además trabaja en una de las operadoras de telefonía más importantes en Estados Unidos y en este caso es una de sus fuentes. Hay que confiar en la veracidad de este anónimo si se quiere dar crédito a la información que sigue. Según se indica, un cliente ha reportado que su Samsung Galaxy S7 Edge explotó durante la carga.
Este reporte aislado no tendría gran relevancia si no se tratase de un usuario que recibió aquel smartphone como reemplazo de su Galaxy Note 7, un producto que el fabricante surcoreano acaba de retirar del mercado por peligro de recalentamiento e ignición. El afectado no sólo habría recibido un S7 Edge como reemplazo de su Note 7; anteriormente había tenido que reemplazar su phablet por la segunda versión que, se prometía, llegaba con el problema de la batería resuelto tras el llamado a revisión por parte del fabricante.
PA dice que este no es un caso 100% aislado. Ya en septiembre habían publicado un informe dando cuenta de un hecho similar que afectó a un Galaxy S7 Edge, y que derivó en quemaduras de segundo y tercer grado en la piel del dueño del equipo, que lo llevaba en el bolsillo de su pantalón. Y los reportes se acumulan, aunque no se trata de un mal que involucre únicamente a dispositivos de Samsung: también hemos visto casos con iPhone 7, por mencionar sólo un ejemplo.
“¿Cuántas explosiones tienen que ocurrir antes que el fabricante sienta que es necesario examinar el diseño y la construcción de un smartphone?”, pregunta PA.
Lo cierto es que, en vista a los días que atraviesa Samsung, incluso los reportes aislados implican un nuevo dolor de cabeza para una compañía que lidera la venta de smartphones a nivel mundial pero que ahora se ve en la necesidad de recuperar la confianza en el sector. El fiasco de Note 7 será difícil de olvidar: de hecho, se ha dicho que Samsung jamás volverá a utilizar esta marca.