El presidente de los Estados Unidos, Joe Biden, ha firmado un decreto para establecer una guía para el desarrollo de la tecnología de inteligencia artificial. El objetivo es que la industria desarrolle estándares de seguridad y protecciones para los usuarios. También se le asignan a varias agencias de gobiernos responsabilidades en el monitoreo y control de la industria.
Estados Unidos tiene dos objetivos en relación a las IA. El primero es ubicarse en la vanguardia del desarrollo y la industria. El segundo es evitar que la industria se expanda sin pautas claras y la tecnología cause daño a la sociedad.
El apuro
El gobierno del país norteamericano ha mantenido ya varias reuniones con los más altos ejecutivos de las empresas dedicadas a las IA. Ha conseguido algunos compromisos de palabra y avanzado en varios estudios sobre la tecnología. El decreto intenta acelerar los procesos. Biden cree que si esto no ocurre podría suceder lo mismo que ocurrió con las redes sociales, que en Estados Unidos son vistas como un factor de gran importancia en la crisis de salud mental entre los jóvenes.
“Tenemos que movernos tan rápido como la tecnología, quizás más rápido que ella”, apuntó el máximo mandatario.
Según funcionarios de la Casa Blanca, Biden se mostró impresionado y alarmado cuando en una demostración observó todo lo que podía hacerse con la tecnología de inteligencia artificial. Afortunadamente en la exhibición también se mostraron muchas de las posibilidades beneficiosas de las IA.
En acción
El instituto nacional de estándares y tecnología deberá crear los estándares para asegurar que las IA sean seguras antes de que se pongan a disposición del público. Por su parte, el Departamento de Comercio supervisará la implementación del etiquetado y marcado del contenido generado a través de IA con el fin de diferenciarlo del original o auténtico. La capacidad para generar contenido falso ha sido uno de los aspectos que mayor preocupación ha causado.
Otros aspectos considerados en el decreto son los derechos civiles, protección a los consumidores, derechos de los trabajadores y la investigación científica.