Michael Smith, un músico de 52 años residente en el estado de Carolina del Norte, Estados Unidos, ha sido acusado de fraude, fraude por correo y cable (ver nota), conspiración para cometer fraude por correo y cable y lavado de dinero. Smith empleo miles de bots para reproducir temas musicales creados con inteligencia artificial y distribuidos en varias plataformas. La justicia apunta que de este manera se apropio de millones que deberían haber sido pagados a otro músicos y compositores. Los autores del material original.
Nota: la categoría fraude por correo y cable se utiliza en Estados Unidos para los delitos que emplean correo físico o digital para realizar estafas.
Música instantánea
Los temas musicales fueron provistos por el jefe ejecutivo de una empresa de música creada con inteligencia artificial. Aunque no se ha provisto del nombre de la compañía. Según admitió el ejecutivo, señalado como co-conspirador, cada mes le proveía a Smith con miles de pistas. A cambio recibía metadatos de los temas y una parte de los ingresos generados. Como dato curioso, el empresario le comentó a Smith en un correo de 2019 que lo que estaban haciendo no era música, sino “música instantánea”.
Miles y miles de bots
Smith empleó los bots para reproducir dichos temas miles de millones de veces para generar ingresos por los derechos de reproducción. Según datos de la investigación, en algunos momentos de la operación Smith tenía unas 10 mil cuentas activas manejadas por bots. Los investigadores del caso explican que al avanzar la tecnología la detección de lo que estaba ocurriendo se hizo cada vez más complicada.
Consecuencias
La operación comenzó en 2018. Con 4 mil millones de reproducciones, para 2019 se habían conseguido unos USD 12 millones de ingresos. Como consecuencia de los delitos cometidos Smith podría pasar varias décadas en prisión.
Caso modelo
El caso es significativo dado que es el primero que somete a este tipo de actividad a los cargos citados. También relaciona las ganancias de los temas con pérdidas para los artistas vinculados al material empleado en la generación de las pistas.
Cabe mencionar que existen muchas empresas dedicadas a generar temas musicales de forma automatizada y distribuirlos con fines comerciales. La práctica ha sido cuestionada no solo en un sentido ético, sino también por como inunda las plataformas de dicho material.