¿Cómo se llegó hasta este punto? A partir de la tarea del subsecretario de Tecnologías de Gestión, Eduardo Thill, quien desde 2009 comenzó a impulsar en prácticas la visión del Estado como un “holding”, equiparando su tratamiento al que recibe una corporación, contratando servicios informáticos en forma directa a sus grandes proveedores
“La Administración Pública Nacional apuesta por el software libre y este convenio marco permitirá que el Estado se presente como un todo y no como distintos usuarios en cada ministerio, para poder desarrollar herramientas open source”, explicó Aníbal Fernández, Jefe de Gabinete, durante la firma del acuerdo.
Por suerte el caso argentino no es aislado y más bien responde a una tendencia creciente en Latinoamérica. Según opinan los especialistas de la industria, la gran mayoría de las instituciones gubernamentales del mundo vienen estableciendo, o están en proceso de establecer, la adopción de tecnologías y plataformas basadas en código abierto. Para la situación local, el acuerdo está diseñado para avanzar de manera gradual y migrar hacia el uso de plataformas open source en el Gobierno, favoreciendo el cumplimiento de los estándares de la industria.
Según se pudo saber, en la actualidad, más del 60& de los programas operativos del Estado son software de uso público y a raíz de este convenio se colaborará con la unificación de las condiciones de contratación en toda la administración pública nacional y se establecerá una política de precios única, al mismo tiempo que permitirá una notable reducción de costos y mayor flexibilidad.
Germán Soracco, Sales Manager Región Sur de Red Hat destacó: “podemos ofrecer el beneficio y la independencia del modelo de desarrollo comunitario, al mismo tiempo que el nivel de servicios que una institución como el Gobierno Nacional necesita”.
La firma del convenio se realizó en el despacho del jefe de Gabinete y se pudo seguir en vivo a través del Blog de Aníbal Fernández. Allí, encontramos algunas declaraciones del ministro: “El modelo de desarrollo comunitario ha demostrado ser el más productivo a la hora de medir la velocidad de avance tecnológico, pues aporta y asegura la adhesión a estándares de la industria y la libertad de contar con el código fuente”.
El texto continua: “Sin embargo existen algunos aspectos del software comunitario que constituyen un riesgo y un costo para organizaciones con aplicaciones productivas cuyo fin último es brindar un servicio al estado nacional y al ciudadano. Los riesgos están relacionados con la dinámica de crecimiento que tienen las distribuciones comunitarias, que no permiten establecer parámetros de estabilidad claros respecto al soporte de determinadas aplicaciones y a las certificaciones que garantizan la seguridad y la continuidad operativa”.
Para terminar, Fernández dijo: “La distribución de Red Hat cuenta con el respaldo de una empresa que colabora económicamente con el desarrollo comunitario y que a su vez ofrece la estabilidad y la seguridad de contar con certificaciones, niveles de control de calidad para nuevas versiones y un soporte técnico de primer nivel; ofrece en definitiva lo mejor de los dos mundos: el beneficio y la independencia del modelo de desarrollo comunitario y el nivel de servicios que necesitan instituciones del Gobierno Nacional”.