Si bien parece de la prehistoria comparado con los sofisticados reproductores actuales, el dispositivo que en los ´80 hizo feliz a más de uno gracias a que nos permitía caminar y escuchar nuestros casetes favoritos al mismo tiempo, cumple 30 años.
El 1 de Julio de 1979 Sony puso a la venta el primer Walkman: un reproductor de casetes portátil, voluminoso, y con un ruido característico en los botones de “play”, “rewind” y “fast-forward”, así como en el sonido de la música cuando las pilas se gastaban, o peor, cuando se enganchaba la cinta.
El primer modelo del Walkman se llamaba TPS-L2 era estéreo, disponía de un micrófono para grabar conversaciones, y a pesar de que era caro para la época (unos 150 dólares de entonces) y de que los auriculares se adquirían por separado por 20 dólares extra, a lo largo de la historia hizo que el fabricante japonés vendiera casi 400 millones de unidades en todo el mundo.
Aunque la historia oficial dice que el inventor del Walkman fue el cofundador de Sony, Akio Morita, cansado de no poder jugar al golf escuchando su música favorita, lo cierto es que hay una gran controversia sobre quién inventó realmente este dispositivo.
Así, durante décadas, el inventor alemán-brasileño Andreas Pavel -que se atribuye la invención del primer reproductor de audio estéreo portátil en 1972- y la firma nipona mantuvieron una extensa batalla legal hasta que Pavel logró que en 1986 Sony le reconozca varios millones en concepto de regalías por algunos de los modelos de Walkman comercializados.
Más allá de quién haya tenido la idea original, seguramente algunos nostálgicos todavía conservan el cacharro que los MP3 dejaron obsoleto en algún placard o cajonera, y que se convirtió en nombre genérico para las miles de imitaciones que aparecieron en la generación ochentera.
