En el futuro será mejor tener mayor cuidado con la forma en que nos comunicamos por Internet. Muchas interacciones que creemos no son tan serias, podrían serlo. Un juez canadiense ha determinado que el emoji del pulgar hacia arriba puede ser considerado como un mensaje para sellar un acuerdo.
Lo señalado puede parecer ridículo, pero tiene sentido cuando se lo pone en el contexto del caso. Aunque cada parte ofrece una interpretación diferente.
El desacuerdo
Todo comenzó cuando un comprador de grano envió un mensaje a varios proveedores. La oferta era de USD 13 por bushel (unidad de medida utilizada en países de tradición anglosajona).
Uno de los granjeros aceptó el precio y el comprador envió entonces un contrato y le pidió que confirmara su recepción. El granjero envió entonces el emoji con el pulgar hacia arriba.
Sin embargo luego de que el precio en el mercado aumentara se retiró del acuerdo.
Las interpretaciones
Según el comprador, el emoji establecía no solo la recepción de los documentos, sino el acuerdo en las condiciones del contrato.
El granjero señaló que no había tenido tiempo de ver el contrato y que el pulgar solo indicaba la recepción del mismo.
El juez, Timothy Keene, recurrió a la definición del sitio web Dictionary.com. Allí encontró que el pulgar hacia arriba se suele utilizar para “expresar acuerdo, consentimiento, o aliento en las comunicaciones digitales”. Por lo tanto la corte determinó que el pulgar hacia arriba es una forma no tradicional de firmar un documento y que bajo las circunstancias actuó como una firma.
