El pasado mes de Abril un grupo de entusiastas de las criptomonedas publicó una carta en defensa del minado de divisas. El texto fue pensado como una respuesta a una investigación promovida por legisladores estadounidenses. Entre los firmantes se encuentra el fundador de Twitter, Jack Dorsey, que ha menudo ha enfatizado el valor del Bitcoin.
La investigación
Los legisladores le pidieron a la Agencia de Proteacción Ambiental (EPA) que verificara si los complejos de minado cumplían con los estándares ambientales correspondientes. También se la instó a verificar si tenían un impacto desmedido en el cambio climático.
Lo más probable es que una gran mayoría de las granjas no tengan gran problema con el primer examen, pero el segundo es cuestión de interpretación. El minado de Bitcoin consume más energía a nivel global que varios países, por lo que indirectamente contribuye al cambio climático.
La respuesta
En la carta de respuesta se señala que el minado de criptomonedas no es responsable de las emisiones de carbono, la culpa recae en las compañía que siguen utilizando combustibles fósiles en vez de alternativas ecológicas. Las instalaciones que soportan la redes de las criptomonedas simplemente compran la energía, de la misma manera que lo hacen los centros de datos de Microsoft.
La defensa apunta que el minado de bitcoins no produce contaminantes.
Una cuestión de sistema
En efecto, el minado de criptomonedas no produce por sí mismo contaminantes. Y es cierto que otras industrias consumen una buena cantidad de energía, muchas de ellas mucho más. Todas las industrias, al consumir energía, hacen necesarias a las fuentes fósiles. Aún cuando solo se tome energía de fuentes renovables, el total de energía es limitado.
La cuestión es que tan necesaria es cada industria, cuáles compensan la demanda que producen con beneficios para la población en general. El problema del minado es que, al menos por ahora, solo le sirve a una minoría de interesados.
También es importante tener en cuenta que hay genuinos esfuerzos por atender la problemática. La red Ethereum está pasando del sistema de prueba por trabajo al de prueba por participación, lo que supondrá un ahorro de energía importantísimo. No es que la industria no puede hacer algo para evitar el problema, parte de la solución ya existe.