Algunos problemas tardan en llegar, pero pueden ser importantes.
Varias empresas fabricantes de dispositivos electrónicos, televisores, smartphones y automóviles han advertido que existe una escasez de chips que podría afectar la producción en sus instalaciones.
Las causas de este problemas son muchas. Por un lado está la pandemia, que sin dudas ha supuesto grandes problemas en fabricación de los chips.
Pero a esto se han sumado las compras masivas realizadas por Huawei como medida de seguridad ante el conflicto comercial entre China y Estados Unidos, las huelgas en Francia en STMicroelectronics y el incendio de la planta de Asahi Kasei Microdevices en Japón.
Problemas de la recuperación económica
A medida que la demanda de los dispositivos se recupera luego del golpe inicial dado por la pandemia esta deficiencia se nota cada vez más.
Mejoras en el mercado de los smartphones en Estados Unidos y Europa y el automotriz en China son buenas noticias, pero ambos productos necesitan un mismo componente clave.
En china algunas empresas han experimentado demoras de hasta un mes, en Japón algunos proveedores calculan que los retrasos podrían extenderse por más de dos meses.
Como consecuencia de la escasez también se producirá un aumento en el precio de los suministros.
Un problema a largo plazo
Pero todos los problemas mencionados esconden otro factor que preocupa: un nivel de inversión insuficiente en las plantas de fabricación de firmas asiáticas que son las que satisfacen la demanda de teléfonos 5G, laptops y automóviles inteligentes.
La demanda ha ido creciendo y las proveedoras han estado durante un buen tiempo al límite de sus capacidades. El coronavirus solo ha agitado la situación lo suficiente para que las deficiencias fueran más evidentes.