Glovo, la compañía de reparto de comida, contratará a todos los trabajadores de su plataforma en España. Esta decisión no es parte de una movida estratégica ni de un cambio de perspectivas ético, es una imposición legal. En 2021 España había promulgado una ley que establecía que los repartidores debían ser reconocidos como empleados, en vez de trabajadores auto empleados.
Una relación complicada
El estatuto de quienes utilizan las plataformas de servicios tales como Globo, Uber o Cabify siempre ha sido complicado. El trabajo freelance es una opción real, pero a menudo las empresas lo utilizan como una figura para evadir obligaciones con personas que en los hechos trabajan como sus empleados.
Para discernir cuando la opción freelance es válida se suele evaluar bajo que términos está el profesional asociado a la empresa. Por lo general si esta dicta sus horarios y tarifas, se considera que debería haber un vinculo más formal.
Adaptándose
Contratar a los repartidores supone cambiar el modelo de negocio. Según cálculos preliminares la empresa podría perder unos EUR 100 millones de ganancias durante 2025. Hasta ahora la compañía había acumulado multas por un total de EUR 205 millones por no cumplir con la ley.
Para los repartidores el cambio supondrá el acceso a varios beneficios, tales como el pago por enfermedad y protección contra despido.