Según informa el New York Times, el gobierno norteamericano responsabiliza a Irán de las numerosas denegaciones de servicio (“denial of service attacks” o DDoS) que han sufrido algunas entidades bancarias de EEUU.
Estos ataques se sucedieron a lo largo de estos últimos meses, afectando a los sitios de instituciones reconocidas como PNC, Bank of America, o HSBC entre otras, y se creía que habían sido perpetrados por un grupo llamado “Izz ad-Din al-Qassam Cyber Fighters“, que se atribuyó su autoría.
Pero según James Lewis, un ex funcionario del Departamento de Estado y Comercio, “no hay dudas para el gobierno norteamericano de que Irán está detrás de estos ataques“. Según EEUU entonces, los Cyber Fighters serían solamente una pantalla mediante la cual Irán estaría tomando represalias por los continuos ataques perpetrados a su programa de enriquecimiento de uranio mediante los virus Stuxnet o Flame, entre muchos otros.
Para buscar argumentos que sustenten esta teoría del gobierno estadounidense, desde el Times consultaron a investigadores de la empresa de seguridad Radware, los cuales destacaron que la escala “sin precedentes” de los ataques y la dificultad para poder rastrearlos hacia una sola fuente podían indicar cierta ayuda por parte del Estado Iraní.
De hecho, y según Lewis, la cantidad de tráfico recibido en las últimas semanas por los sitios de los bancos norteamericanos fue “muchas veces” superior a la cantidad de tráfico que Rusia envió a Estonia en un ciberataque coordinado en 2007, el cual duró un mes entero y casi colapsa al pequeño país báltico.
No obstante, los ataques DDoS no son precisamente el más sofisticado método de hackeo, con lo cual se hace difícil imaginar que la estrategia ideada por Irán para contrarrestar el sabotaje de sus turbinas de uranio sea simplemente molestar a los usuarios de los bancos ocasionándoles problemas a la hora de usar sus cuentas de home banking.
