Al tiempo que la consultora IDC prevé que los envíos de impresoras 3D crecerán diez veces hacia el año 2017, esta fresca tecnología ha brindado acabadas muestras de su versatilidad. Desde su uso en una película de James Bond para crear réplicas de un automóvil; hasta la creación de diferentes tipos de prótesis, con un resonante caso que tuvo lugar recientemente en nuestro país. Ahora, las impresoras 3D ingresan a un ámbito en el cual no habían incurrido: la industria de los cosméticos.
“Mink”, el nombre de esta novedad, corre por cuenta de Grace Choi (en la imagen principal), una estudiante de la Escuela de Negocios de Harvard. Esta impresora 3D es capaz de fabricar maquillaje en diversos colores, los cuales surgen de una paleta de colores seleccionables de un modo análogo a como nos han acostumbrado softwares como Photoshop. En calidad de prototipo, al momento sólo permite fabricar sombras para ojos, aunque se espera que también sea útil para crear otros productos como lápices labiales. Su disponibilidad comercial está prevista para fines de 2015 y se espera que su valor ronde los US$200.
Inserta en la tendencia “hágalo usted mismo”, esta innovadora aplicación para la impresión 3D fue mostrada en las conferencias que organiza la publicación TechCrunch que recientemente tuvieron lugar en Nueva York. El video de la demostración puede ser consultado en este enlace. Choi dijo que está destinada a un pública de mujeres jóvenes y, según se ha explicado, los compuestos y materiales utilizados para la fabricación de los cosméticos ya cuentan con el visto bueno de la FDA, la administración que regula los alimentos y medicamentos en Estados Unidos.
Tal como titula la publicación mexicana El Mañana, la irrupción de este producto podría destruir la industria del maquillaje tal como la conocemos hasta el momento.
Fuentes: TechCrunch, Business Insider