La Asociasión Americana de Psicología ha reafirmado en su más reciente reporte que no existe evidencia suficiente para vincular a la violencia en los videojuegos con la violencia en el mundo real.
Este reporte es el resultado de una reevaluación de un informe emitido en 2015 sobre la violencia en los videojuegos.
La asociación sintió la necesidad de realizar una aclaración dado que a menudo los medios y legisladores de los Estados Unidos citaban ese trabajo como evidencia de que la violencia en los videojuegos causaba un comportamiento violento.
Sin sustento científico
Sandra Shullman, presidente de la APA, señaló: “La violencia es un problema social complejo que deriva de varios factores que requieren de la atención de investigadores, legisladores y el público en general. Atribuir la violencia a los videojuegos no tiene base científica y aleja la atención de otros factores, como el historial de violencia, que sabemos por la investigación realizada es un factor de predicción clave en la violencia a futuro”.
Sin embargo es importante señalar que el reporte original no fue desestimado y hasta se aclaró que existe una pequeña y confiable relación entre la exposición a la violencia en los videojuegos y ciertos niveles de agresión. Pero estos comportamientos, los gritos o empujones, no han podido ser conectados a demostraciones violentas de mayor calibre.
Al parecer existe una importante diferencia entre, por ejemplo, ser un mal perdedor en League of Legends y agredir físicamente a otra persona.
Distracciones
Los videojuegos han servido como una distracción efectiva para muchos políticos cuando han surgido algunos notorios episodios de violencia. El presidente de los Estados Unidos, Donald Trump, creo una comisión para investigar la relación luego de la masacre de Parkland en 2018.
La comisión no encontró pruebas de un vínculo. Mientras tanto los reclamos por una mayor regulación en la venta de armas no tuvieron respuesta.
