La compañía Ex-Robots está trabajando en el desarrollo de unidades con una apariencia humana hiperrealista. El objetivo, afirma, es utilizar a estos ingenios para fines terapéuticos.
Más allá del valle inquietante
En la fábrica de Dalian, China, se producen brazos, pies y rostros de silicona. Aunque al observar con detenimiento se nota la diferencia respecto a un rostro real, la diferencia no es tan grande. Y de hecho podríamos pensar que los resultados ya nos sitúan en el otro lado del famoso valle inquietante. Esto es cuando la apariencia de un robot no es ni lo suficientemente diferente para aparecer como algo diferente al ser humano, ni lo suficientemente similar como para presentarse como un humano.
Foco en las emociones
Pero la apariencia no es el único aspecto que se ha cuidado. El comportamiento de los modelos está basado en algoritmos de código abierto que les permiten reconocer e imitar el modo en que se conducen las personas. El objetivo es que los robots sean capaces de responder a las emociones de los seres humanos y comunicarse con gestos que transmiten emociones. Aún cuando hasta donde sabemos los robots no tengan nada de eso.
Los empleados de Ex-Robots le enseñan a las IA a expresarse interactuando con ellas. Les sonríen y ellas sonríen.
Costos y uso
Los robots humanoides no son baratos ni se producen en masa. Cada uno supone de dos semanas a un mes de trabajo. Cuestan algo más que USD 200 mil.
Ex-Robots apunta a utilizar estos robots en el campo de la salud. En este momento se estudia su utilidad en los tratamientos auxiliares. Pero también se especula que podrían servir en el campo de los servicios, incluso aquellos destinados a los niños.
Quien sabe, en el futuro podrías dejar a cargo de tus hijos a la unidad 500. Y podrías elegir el rostro de tu actor favorito para ella. Porque no hay nada mejor que un infante bajo la mirada atenta de Vin Diesel.